Julia Navarro – Escaño Cero – El exilio interior.


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Ha dicho el ministro del Interior que, aunque es «difícil», el Gobierno hará todo lo posible para encontrar una vía que permita a los «exiliados» vascos poder votar en las próximas elecciones autonómicas. Y digo yo que ¡ya era hora! que las leyes deben de procurar en primer lugar la Justicia y por tanto deben de estar al servicio de los ciudadanos. Por eso, nuestros políticos deben de encontrar la fórmula jurídica que permita reparar una larga injusticia. Y es que todos estos años hemos vivido de espaldas a una tragedia que tenía lugar ante nuestros ojos y no es que lo viéramos, simplemente es que nos habituamos a ella.

Me refiero a esos vascos que un día recibieron una carta, pidiéndoles el «impuesto revolucionario», u otros que se encontraron con su rostro en el centro de una diana, aunque estas dos formas de amenazas no han sido las únicas. Durante décadas ETA ha tenido en un puño de hierro a la sociedad vasca y ha provocado que miles de ciudadanos vascos para salvar su vida y vivir con un mínimo de tranquilidad y dignidad tuvieran que hacer las maletas y marcharse. Madrid, Barcelona, Sevilla, Cantabria… cualquier ciudad, cualquier lugar donde poder salir a la calle sin mirar los bajos del coche, sin estremecerse ante una mirada perdida de cualquier transeúnte, sin temer que cuando suena el timbre pueda ser un asesino. A estos exiliados les quitaron la normalidad de sus vidas y de paso su ciudadanía.

Sí, en nuestro país hay unos cuantos miles de vascos que tuvieron que elegir el camino del exilio para sobrevivir. Ciudadanos que tuvieron que desprenderse de sus casas, alejarse de sus familiares, poner punto y aparte a la que había sido su vida para emprender una nueva en otro lugar. Durante años, muchos se quejaban, y con razón, de que el exilio les impidiera votar en el País Vasco, porque el terror les había despojado de la ciudadanía.

Yo conozco a algunos «exiliados», amigos que un día, silenciosamente, tuvieron que hacer las maletas y trasladarse a Madrid donde tuvieron que empezar de cero, y que ni un solo día de los vividos en el «exilio» han dejado de soñar con el regreso. Exiliados dentro de nuestro país, el suyo ha sido un exilio silencioso, sufrido sin hacerse notar, sin esperanza.

El PP tiene mayoría absoluta para cambiar la legislación que pueda permitir que los exiliados voten en el País Vasco. Además, es de prever que obtenga el apoyo de otros grupos parlamentarios, de manera que se trata de que haya la suficiente voluntad política para acabar con una injusticia. Y cuanto antes, mejor.

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