Antonio Casado – Austeridad es recesión.


MADRID, 4 (OTR/PRESS)

No hay manera de romper el círculo vicioso que se abre con los recortes en nombre de la austeridad y se cierra con la recesión a causa de la austeridad. La reciente reunión del G-4 (Alemania, Francia, Italia y España, los cuatro grandes del Euro), nos hizo concebir esperanzas de un cierto giro hacia las políticas de crecimiento pero el lunes pasado Rajoy nos desmintió al pregonar una nueva oleada de recortes.

Como diría Cándido Méndez (UGT) Rajoy vive pendiente del faro de Bruselas. Y en Bruselas le han dicho que no hay prestaciones sin contraprestaciones. Por tanto, la ayuda directa a los bancos españoles más perjudicados y la prometida compra de deuda soberana con cargo a los fondos de rescate europeos, que es la excelente mercancía que Rajoy se trajo de la cumbre del 28-29 de junio, van a ser inmediatamente compensadas por el Gobierno con la aplicación de la tijera en pleno verano.

Los recortes que se avecinan afectarán a la Administración Central del Estado y a las Comunidades Autónomas. Nada se sabe de los sectores que resultarán afectados. En este sentido solo contamos con el aviso para navegantes soltado por el presidente del Gobierno en su intervención del lunes pasado ante la Junta Directiva del PP reunida en Sevilla. Se limitó a decir que «hay que apretar el acelerador de las reformas».

Todo invita a suponer que la tijera se va a atener al patrón de las «recomendaciones» remitidas a España por la Unión Europea, que básicamente coinciden con las del FMI (Fondo Monetario Internacional). A saber: una severa cura de adelgazamiento en todas las Administraciones, privatizaciones, subida del IVA, subida de impuestos especiales y distintas tasas, recortes en la Ley de Dependencia, supresión de desgravaciones fiscales, nuevo hachazo salarial al funcionariado, etc. El Gobierno aún tiene las cartas boca abajo. Pero ya sabemos que hay que «apretar el acelerador de las reformas» y que «las Comunidades Autónomas tendrán que hacer un esfuerzo mayor» (Rajoy), que este verano se harán «esfuerzos adicionales» (Luis de Guindos) y que en breve se presentará «un paquete de restricciones presupuestarias muy severo» (García Margallo).

En pleno manguerazo de autoestima por el histórico triunfo de España en la Eurocopa, Alemania y sus aliados, campeones de la austeridad inductora de la recesión, se disponen a apretarnos las clavijas en la letra pequeña de lo prometido en Bruselas, como ya se han encargado de recordarnos. Y el Gobierno del señor Rajoy se dispone a demostrar que somos pobres pero fiables.

Las cartas se irán destapando en consejos de ministros del mes de julio y en alguno de agosto, ya encajadas en el marco de los Presupuestos Generales del Estado para 2013, más duros todavía que los de 2012. Se avecinan también nuevas recomendaciones de gastos a la baja en las Comunidades Autónomas y no se descarta en absoluto la posibilidad de que alguna de ellas o varias sean intervenidas por el Gobierno de la Nación.

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