Julia Navarro – Escaño Cero – Gestos valientes.


MADRID, 4 (OTR/PRESS)

Admiro a los hombres libres porque no siempre es fácil hablar y actuar con libertad. En ocasiones no basta con vivir en un país democrático y por tanto con las libertades garantizadas, sino además hace falta tener el valor para ser libre en todas las ocasiones que la vida va deparando. Es difícil encontrar a alguien que en alguna ocasión no se haya mordido la lengua para no decir en voz alta lo que piensa por temor a los problemas que un exceso de sinceridad puede acarrear sobre todo en estos tiempos en que prima lo políticamente correcto.

Por eso, me parecen admirables las actitudes de dos personas distintas que en los últimos días han dado un paso adelante diciendo alto y claro lo que pensaban. Bien es verdad que dada la trayectoria de ambos tampoco me debía de sorprender.

Empezaré por Luis María Ansón que yendo contracorriente ha tenido la valentía de romper una lanza a favor de la honorabilidad de Jordi García Candau al que los nuevos responsables de la Televisión Autonómica de Castilla-La Mancha han tenido la desgraciada ocurrencia de llevarle a los tribunales poniendo en entredicho su gestión cuando estuvo al frente de esta televisión.

Nada le debe Ansón a García Candau ni en lo personal ni en lo profesional, ni siquiera comparten afinidades ideológicas. Sin embargo, Luis María ha salido a defender a García Candau recriminando a Dolores de Cospedal que haya dado este paso y además con esa finura que caracteriza la prosa de Ansón le recuerda a Cospedal que no es precisamente el PP el más indicado para cuestionar gestiones ajenas en televisiones públicas habida cuenta de que la gestión de los populares en algunas televisiones públicas no es precisamente de aplauso. Pero sobre todo, Ansón defiende la profesionalidad y el buen hacer de Jordi García Candau por donde quiera que ha pasado. Les diré que yo estoy totalmente de acuerdo con Ansón en sus apreciaciones sobre García Candau. Las acusaciones que le hacen desde filas del PP me parecen inverosímiles y disparatadas.

Si el PSOE estuviera gobernando y Jordi García Candau ocupara algún cargo importante en un medio de comunicación a lo mejor hubiera recibido más apoyos, pero ha tenido que ser Luis María Ansón el que una vez más dé una lección defendiendo a un periodista y poniéndose a su lado en un mal momento.

El segundo ejemplo de independencia y de libertad lo ha protagonizado el senador Juan Morano que no ha dudado en defender a los mineros de la cuenca leonesa frente a su propio partido y frente al Gobierno.

Morano siempre ha sido un verso suelto en el PP, tanto que cuando era diputado no dudó en decir públicamente por la radio que él no estaba de acuerdo con la decisión del entonces presidente Aznar de comprometer a España en la guerra de Iraq. Ahora ha dado un paso al frente defendiendo las reivindicaciones de los mineros de su tierra, defendiendo sus puestos de trabajo y es que no sería de verdad un senador que representa a León si hubiese hecho lo contrario.

El PP se ha equivocado anunciando la apertura de un expediente sancionador que daría lugar a la expulsión. Juan Morano se les ha adelantado dejando el partido en el que durante tantas décadas ha militado y pasando al Grupo Mixto del Senado.

En la decisión de Morano hay valentía y dignidad y es de agradecer que haya políticos que anteponen sus principios y compromisos con los electores a salir en la foto. Con su decisión, Juan Morano sabe que difícilmente tendrá futuro político, pero al menos dormirá tranquilo y sobre todo podrá mirar a la cara a sus conciudadanos.

Los dos gestos, el de Ansón y el de Morano, nada tienen que ver el uno con el otro salvo que ambos se comportan como dos hombres libres que no les importa navegar contracorriente por una cuestión de principios y, para eso, ya digo, hace falta ser valiente.

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