MADRID, 10 (OTR/PRESS)
En los últimos meses todas las semanas son decisivas para el futuro del euro y la estabilidad de España. Y, aunque uno tenga la sensación de que los resultados no acaban de plasmarse en hechos, la realidad es que el gobierno va saltando obstáculos pasito a paso. Claro que querríamos ir más de deprisa y que de esos resultados no se derivaran más y más sacrificios. Pero, la realidad de la economía española es la que es y ahora hay que hacer en poco tiempo lo que se no ha hecho en años. Es posible que en las próximas horas sepamos más de esos nuevos sacrificios que tendremos que hacer los españoles, todos, parados, trabajadores, empleados públicos y pensionistas. No se va a librar nadie, porque la realidad es que somos más pobres y nos hemos montado un modelo de Estado que no se puede sostener. Lo fundamental es sentar las bases para que lo que tenemos perdure en el tiempo, aunque racionalizado en coste y tamaño.
Hay que tener claro que España, gracias a los ajustes y los compromisos de déficit adquiridos está logrando salvar lo que para otros países ha sido una intervención directa y bastante más dolorosa. Se ha conseguido dinero para los bancos, alargar un año la fecha de cumplimiento del déficit y que este 2012 el esfuerzo sea menor al permitirnos cerrar con un agujero en las cuentas públicas un punto mayor de lo pactado anteriormente. Es obvio que no va a ser a cambio de nada que habrá que cumplir con exigencias como subidas de impuestos con las que no habíamos contado. Pero, también que nos dan un trato diferencial y que el gobierno puede manejar en alguna medida el cómo llegar. Y lo más importante, poner los cimientos para que la recuperación y la desesperanza no se demore años.
A todos nos gustaría que no hubiera despidos, ni cierres de empresas, que no nos subieran los impuestos, ni pagar más por las medicinas y que las administraciones adelgazaran más rápidamente. Pero no seríamos realistas si no quisiéramos ver ni entender la magnitud de la catástrofe de las cifras y cuentas de España. Somos todos más pobres y cuanto antes hagamos los sacrificios antes saldremos de esta podredumbre que dura ya demasiado tiempo.
