Charo Zarzalejos – Al rescate de la política


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

La mirada una pizca hueca del Presidente Rajoy; el tono solemne y no impostado de la vicepresidenta anunciando las duras medidas adoptadas por el Gobierno; la postura huidiza de Alfredo Perez Rubalcaba el pasado miércoles en el Congreso son una breve metáfora de la situación política de España. Estos gestos contrastan con la locuacidad y seguridad en si mismos y en sus argumentos de partidos como IU y UPyD que por no haber gobernado nunca están en la arena libres de pasado y convencidos que sólo tienen futuro, un futuro directamente proporcional al desgaste y descrédito de los dos grandes partidos. Las manifestaciones del viernes por la noche en Madrid son buena prueba de ello. Tanto Cayo Lara como Rosa Díez se sienten libres de polvo y paja.

Tanto a IU como a UPyD , grandes beneficiarios del desplome socialista, les asiste el derecho y la obligación de defender sus propuestas y, naturalmente, de criticar lo que crean conveniente. Sus tesis no son coincidentes pero hay algo común en ambos discursos y es el ataque a los dos grandes partidos que en el fondo es el ataque al bipartidismo.

La experiencia y la realidad indican que las democracias fuertes y consolidadas se basan en un sistema bipartidista; en la alternancia de dos grandes fuerzas políticas capaces de cohesionar el país. Cuando falla este equilibrio surgen partidos poco recomendables. No es el caso de España, pero ahí esta Francia con una extrema derecha que va a más. Lo mismo ocurre en Austria y en algunos países del pujante norte europeo. Ha ocurrido en Grecia en donde la extrema derecha y la extrema izquierda han tomado posiciones. Esto no ha ocurrido en España pero nada ni nadie nos puede garantizar que no suceda en un futuro.

PSOE y PP, con las diferencias que se quiera y cada cual desde su posición, deben acudir al rescate de si mismos que es tanto como acudir al rescate de la Política (con mayúscula). Ejemplaridad, transparencia, pedagogía y seriedad en los discursos y actitudes con algunos de los elementos necesarios. No se arregla nada recordando la «herencia» y mucho menos lanzando alegatos contra este «gobierno de derechas que culpabiliza a los más débiles». Nada se arregla reiterando que Zapatero lo hizo fatal ni recordando dia si y dia también que el PP ha incumplido su programa. Todo eso lo sabemos y aunque se acuda a estos argumentos para hacer valer la propia posición, eso ya es pasado. Debe ser pasado porque lo que tenemos en el aire es el futuro.

Sé que hay posiciones distintas y muchas de ellas defendidas con argumentos brillantes y admito de antemano estar equivocada pero mientras no se demuestre lo contrario el bipartidismo es lo que da estabilidad al sistema. Ante la situación de suma gravedad que vive el país, los militantes y afiliados de ambos partidos tienen la especial obligación de asistir a sus líderes. Los populares deben, sin desmayo, apoyar al presidente de la mirada hueca_es lo menos que le puede ocurrir con lo que tiene encima– y los socialistas olvidar sus cuitas internas para que Alfredo Perez Rubalcaba se sienta seguro en su actual silla.

Hoy Mariano Rajoy tiene el apoyo y el calor de su partido. Los suyos le aplaudieron porque le vieron la mirada hueca, al igual que los socialistas aplaudieron el 10 de Mayo a Zapatero. Unos en Junio de 2012 y otros en Mayo de 2010 intuyeron, supieron que su jefe se la jugaba. Y Rajoy se la está jugando y, cuidado, porque cuando las cosas van bien la unidad es fácil, pero, ojo, que cuando la situación se llena de dificultades a algunos les cuesta subir la cuesta. ¿Cómo explicar si no que alguna comunidad gobernada por el PP haya puesto pegas al plan de estabilidad?

En su casa, en la de Ferraz, Perez Rubalcaba se la está jugando desde el dia uno. Muchos, muchísimos de los suyos lo más suave que dicen es que le ven «deslabazado». Pues ya saben lo que tienen que hacer los socialistas si quieren tardar más de la cuenta en volver al poder: desgastar a Rubalcaba y hacer la competencia a Izquierda Unida. El descreimiento hacia la clase política_es decir, hacia PP y PSOE porque nadie achaca nada a los demás partidos_está en la calle, ha hecho mella en los ciudadanos, dispuestos muchos de ellos a recibir con tranquilidad un rescate de los de verdad porque han llegado a la conclusión de que «con estos no vamos a ningún sitio». Esta deriva de escepticismo, de crítica generalizada, de enmienda a la totalidad es consecuencia de que las expectativas no se han visto satisfechas ni en el pasado ni en el presente, pero no deja de ser peligrosa.

Justamente cuando se está en situación dramática, cuando la economía, las finanzas y los mercados parecen haber cobrado vida propia ajena a la política es cuando la política cobra todo su sentido. Se hace más necesaria que nunca por eso PP y PSOE deben hacer como los indios: poner oído en tierra para averiguar por donde vienen los tambores.

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