Fermín Bocos – El timo de las preferentes.


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Miles de españoles viven angustiados tras saber que la caja de ahorros o el banco en el que habían depositado sus ahorros en forma de depósitos a plazo fijo habían convertido esos dineros en participaciones «preferentes». El timo del siglo. Un producto bancario falsario ideado para aprovecharse de la buena fe de la gente mayor, de personas que, en muchos casos, ni lee ni entiende la letra pequeña de los contratos. Dando por hecho, además, que lo enrevesado de la jerga financiera prácticamente hacía imposible descubrir que quien adquiría este tipo de productos renunciaba a la seguridad de las imposiciones a plazo fijo y a la posibilidad de retirar el dinero en un plazo de tiempo razonable.

Son miles los afectados: en Valencia, Galicia, Cataluña, Madrid, etc. En todo este asunto solo emerge una buena noticia: en Galicia, un juez ha condenado a una caja a devolver el dinero a un impositor al que habían enredado convirtiendo un deposito a plazo fijo en una de esas acciones preferentes que para recuperarlo habría tenido que esperar mil años. La sentencia condena también a la caja a pagar los intereses devengados. Es el camino para que todos los estafados puedan recuperar su dinero. Pero no es suficiente.

En este asunto, a mi modo de ver, procede investigar la actuación de las autoridades monetarias. ¿Qué ha hecho la Inspección del Banco de España? ¿Qué hizo el anterior gobernador, el señor Fernández Ordóñez? El goteo de denuncias ha sido constante. Cartas a los periódicos, llamadas a las emisoras de radio, manifestaciones de afectados frente a las sedes de las cajas intervenidas, peticiones de palabra para denunciar este timo ante las asambleas generales de accionistas, etc, etc.

Clamor popular y silencio por parte de la Administración. El Gobierno que preside el señor Rajoy, tan atento a socorrer a las cajas de ahorro (Bankia, Caixa Catalunya, CAM, etc.) hundidas a causa de la pésima gestión y la disparada codicia de sus altos ejecutivos y consejeros, nada serio ha dicho sobre el asunto de las preferentes. Vaguedades para salir del paso en boca de algún ministro. Es tal la sensación de falta de voluntad para resolver el problema que mucho me temo que si los afectados esperan a que el Gobierno tome cartas en el asunto, nunca recuperarán el dinero que les ha sido escamoteado. Les queda la víajudicial.

Afortunadamente la sentencia del juzgado de Galicia abre senda. Recuperar el dinero sería lo primero, después habría que ver si amén de un producto fruto de la codicia de algunos ejecutivos desaprensivos, las «preferentes» no fueron, también, un timo.

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