MADRID, 7 (OTR/PRESS)
«Estricta condicionalidad». He ahí la caja negra del vuelo que se ofrece a España para conjurar las «distorsiones severas» del mercado (especuladores en río revuelto): compras directas de deuda (emisiones del Tesoro) por parte de los Fondos de Rescate y compras indirectas (mercado secundario) por parte del Banco Central Europeo. Una operación de la Eurozona para sacarnos del agujero. Bajo estrictas condiciones, claro.
La ecuación es sacrificios españoles por ayuda europea. Augurio de nuevos recortes. No lo duden. En su visita a Madrid la canciller, Angela Merkel, lo dijo con toda claridad: aunque vamos por buen camino y respeta lo que está haciendo Rajoy, hay que profundizar en la política de ajustes fiscales. Será la condición para que la Eurozona (Gobiernos europeos sindicados en los Fondos de Rescate) nos eche una mano. Si es que queremos que nos ayude y lo solicitamos expresamente, de lo cual se derivará que el BCE ponga en marcha su anunciado programa de compra ilimitada de deuda a corto plazo en el mercado secundario (OMT). Significa es que la UE y el BCE dejan la pelota en el tejado de España. Si está agobiada que pida el rescate. Y si lo pide, que se atenga a ciertas condiciones impuestas por los jerarcas de la Eurozona y el FMI, incluida la supervisión de la política económica del Gobierno Rajoy.
Jerarca principal de la Eurozona es Angela Merkel. Dice Rajoy que no le ha puesto condiciones ni le ha dicho lo que debe hacer. Le bastó con explicarle que si los mercados no se fían de España será porque ha gastado lo que no tenía durante muchos años y ahora los acreedores quieren cobrar. Y que la confianza de éstos en que acabarán recuperando su dinero se la ha de ganar España. Sola, si cree que es capaz. O con ayuda de Europa, si la solicita expresamente.
Con condiciones, por supuesto. Se conocerán cuando el Gobierno de España pida expresamente la ayuda que necesita para salir del agujero ¿Y cuándo será eso? Ahí topamos con el verbo indolente del presidente Rajoy. Le dirán las condiciones -o las pactarán- cuando pida el rescate pero él nos viene a decir que no pedirá el rescate mientras no le digan cuáles son las condiciones. Y así no salimos de dudas.
Ahora se trata de saber si los especuladores van a dejar en paz nuestra prima de riesgo, que ha bajado considerablemente desde los anuncios del jueves del presidente del BCE, Mario Draghi. Me temo que volverán a las andadas si Rajoy no mueve ficha enseguida. Si empiezan a pasar los días y el Gobierno sigue sin aclarar si pedirá o no el rescate, los mercados volverán a castigar a España. Eso puede ocurrir si de nuevo una convocatoria electoral viene a cruzarse en asuntos de mayor cuantía, como son todos los relacionados con la crisis económica. Ya ocurrió por culpa de las elecciones andaluzas y asturianas. Puede volver a ocurrir por culpa de las elecciones en Galicia y el País Vasco.
