MADRID, 15 (OTR/PRESS)
No hay mal que por bien no venga. La famosa y fatal excursión del Rey a Botswana ha supuesto un auténtico punto de inflexión en Zarzuela y, desde luego en la Casa del Príncipe. Aquel famoso «lo siento, no volverá a ocurrir» que dijera el Rey a su salida de la clínica en la que fue operado de cadera, es obvio que iba en serio, que, de verdad, no iba a volver a ocurrir, que se escaparon viajes sin destinos conocidos y demás banalidades.
De entonces a hoy hemos visto como el Rey se ha volcado con una agenda cuidadosamente elaborada convirtiéndose, de nuevo, en el mejor embajador de España. Además ha cuidado y trabajado en clave interna recibiendo y escuchando a toda clase de sectores e interlocutores. Así ha tratado de restablecer el terreno perdido.
Pero los hechos dejan su huella y el paso del tiempo es inescrutable para todos, también para los de sangre real. Y ahora, poco a poco, se acerca el tiempo de los Príncipes de Asturias y ambos, Felipe y Letizia, son bien conscientes de ello.
Con ocasión del 40 cumpleaños de la princesa Letizia se ha ideado el fantástico álbum de fotos bonitas realizado por la fotógrafa Cristina García Rodero. Vemos a una Letizia con rostro sereno, a un Príncipe sonriente y tipazo; y a dos niñas, las infantas, que bien podrían protagonizar anuncios infantiles. Todos son guapos y estilosos. Aparecen sonrientes y felices y todo ello en un ambiente que transpira afecto huyendo de decorados palaciegos. Son, es verdad, fotos bonitas que se hacen públicas en tiempos difíciles. Difíciles para España y los españoles y nada fáciles para la propia Monarquía y su heredero. La España que «heredarán» será bien distinta no ya a la que «heredó» el Rey, sino a la que ellos mismos, Felipe y Letizia, han conocido hace apenas unos años.
Y tendrán que estar atentos, muy atentos a lo que los españoles esperan de ellos y su primer reto será el de no defraudar. De momento creo que no lo han hecho, que no han defraudado. Ella, la princesa Letizia ha tenido que aprender el difícil oficio del silencio y luego le tocará aprender el oficio de la soledad porque como es bien sabido las reinas no tienen amigas, extremo que conoce a la perfección la Reina Sofía. De momento, ambos han aprendido -los cargos son cargas_ a no mover una ceja pese al año horrible por el que, como familia, han tenido que transitar, que no es poco.
La voluntad del Rey _»lo siento, no volverá a ocurrir»- la pericia profesional del periodista Javier Ayuso, responsable de comunicación de la Casa del Rey y la asunción por parte de los Príncipes de que el futuro ha comenzado es lo que, de verdad, está detrás de este álbum de fotos bonitas.
