Rafael Martínez-Simancas – Sin etiqueta – Dinero amarillo.


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

No todo va a ser una tensión continua entre Artur Mas y el ministro Wert (además cenaron juntos en el Planeta y ni se tiraron miguitas de pan, ni nada). A veces para dar el toque cañí surgen espectaculares operaciones policiales como la que afecta a las mafias chinas en el ojo del huracán de blanqueos, prostitución y drogas; lo mejor de cada casa. Justo cuando decaía el interés por el juicio a Pantoja, Muñoz y exseñora de Muñoz, irrumpe con fuerza en nuestras vidas la «Operación Emperador». Para empezar hay que darle un diez al policía que nombra las operaciones contra las mafias, Emperador por referencias históricas está muy bien puesto, aunque si le hubiera denominado Gran Muralla habría quedado niquelado el asunto.

La operación está destinada para acabar con el blanqueo de capitales y con importaciones turbias, y en el fondo entra a saco en las cloacas de la mafia china que controla locales, restaurantes y productos a bajo precio que compiten en condiciones ventajosas con el comercio tradicional. Las pequeñas tiendas de «todo a cien» quedaron atrás, ahora el negocio está en grandes fruterías y en el textil. Quizá ese ha sido el salto cualitativo que ha puesto en marcha la operación.

Mafia que presume de pagar en efectivo grandes cantidades y que no duda en explotar a sus trabajadores hasta el límite del agotamiento. Han vivido en una isla al margen de la legalidad que miraba hacia otra parte, o que en algunos casos colaboraba de manera activa si tenemos en cuenta que también ha sido detenido un representante público. La presencia del concejal no hace más que añadir humor (en este caso amarillo), al chiste: «iban mil chinos, un actor porno y un concejal de Fuenlabrada». Es el momento ideal para que el Gobierno tome las medidas más duras del ajuste económico porque el personal va a estar muy distraído en los próximos días siguiendo este proceso que va a ofrecer imágenes inéditas, no sólo de los locales donde explotaban a personas sino también de Nacho Vidal vestido.

En principio, el que lo tiene más fácil es el concejal; si hace diez años por lo del «Prestige» no se sentó ningún político en el banquillo ahora no va a pasar con este concejal socialista que dirá que él pasaba por allí y se vio envuelto en un «rollito de otoño». Pero el «China Town» madrileño con sede en el polígono de Cobo Calleja, y que se ramifica tanto en la capital como en Fuenlabrada y Getafe, no habría crecido de no haber existido una legislación permisiva y una nula inspección laboral. Asombrados puede pero sorprendidos no tanto, no vale ir ahora de «¡cómo ha podido suceder en mi municipio!».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído