Andrés Aberasturi – España 2012, un «thriller» aún sin final


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

Aunque el recurso está ya demasiado manido, me permito utilizar el título de una magnífica película para resumir lo que está siendo para España, por culpa de muchos, este 2012: el año que vivimos peligrosamente. Y lo malo es que no sabemos cual va a ser el final de este «thriller» y eso que, entre otros, somos nosotros, los españoles todos, sus guionistas, sus intérpretes y sus espectadores. Es cierto que se trata de una coproducción donde Alemania y el resto de la UE juegan un papel importante, pero desde aquí estamos produciendo secuencias verdaderamente lamentables y que no encajan en absoluto con un intento de final feliz.

Empieza ya a resultar insoportable que ante una crisis de unas dimensiones casi desconocidas y que nos afectan a todos, lo único que se nos ocurra es deslegitimar la democracia, hacer caso omiso a la Constitución, plantear secesiones y, sobre todo, repetir con una insistencia que debería empezar a ser preocupante, hechos y dichos de la época más negra de nuestra Historia. Escribía Cuartango en un lúcido artículo que «España, esa nación que tanto nos hace sufrir, se parece cada día más a sí misma». Y es dramáticamente cierto. ¿Es posible que en el año 2012 estén ocurriendo las cosas que ocurren? ¿No hemos tenido ya suficientes lecciones, suficientes dramas para volver a repetir la negra experiencia de las dos españas?

No es justo vivir de una forma tan absolutamente irresponsable la tragedia de la crisis, el dolor de cinco millones de parados, la necesidad de unos sacrificios que nos duelen a todos y a todos nos afectan. ¿Para qué sirve ahora una huelga general? ¿De verdad los sindicatos y la oposición creen que así van a cambiar las cosas, van a forzar al Gobierno -y a Europa- a variar una política que hubiera sido la misma o muy parecida si el PSOE no hubiera perdido las elecciones? Si es que todos sabemos qué está pasando y sabemos -los sindicatos y la oposición los primeros- que lo que está pasando no se arregla con pancartas y huelgas, con eslóganes de otro tiempo, forzando puertas de colegios de curas, asaltando supermercados, reabriendo heridas con frases que sólo sirven para avergonzar a quien las pronuncia, con amenazas de secesión y defensa de la policía autónoma ante la idea absurda de una invasión que nunca se va a producir. ¿A qué viene todo esto? ¿De verdad creen los protagonistas de esta sinrazón que así vamos a alguna parte?

Se puede discrepar de muchas medidas del Gobierno, se puede y se debe ser crítico y presentar alternativas reales; pero ¿con qué fuerza moral pretende Rubalcaba ponerse al frente de la manifestación cuando ha formado parte -y parte importante- de un gobierno que no quiso o no supo ver todo lo que se venía encima sin hacer más que pequeños gestos y grandes promesas de felicidad? No me gusta Rajoy ni el Partido Popular pero me parece absolutamente injusto que sean el PSOE y los sindicatos quienes le culpen de la situación actual de España y me parece absolutamente peligroso que desde Izquierda Unida se toleren y se alienten actos que tal vez a algunos les parezcan anecdóticos pero que en nuestro país tienen tristes precedentes que creíamos -qué inocencia la nuestra- ya superados. Los Beiras, los Mas, los Sánchez Gordillo, los Gómez, los jóvenes airados de Extremadura, son un lastre difícil de soportar: si no se dan cuenta de lo que está ocurriendo en España, en Europa y en el mundo, más valen que se dediquen a otra cosa. Y si se dan cuenta y pese a todo juegan a sus infames intereses particulares, sobran también en un país que esta viviendo en este 2012 un año decisivo para todos. Allá cada uno con su responsabilidad.

a.aberasturi

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