MADRID, 22 (OTR/PRESS)
Abiertas las urnas, los resultados no pueden ser más desastrosos para la izquierda en general y para el PSOE en particular. La caída vertiginosa en número de votos y escaños del partido que lidera Rubalcaba, es sin lugar a dudas una mala noticia, consecuencia de la política llevada a cabo por Rodríguez Zapatero en sus últimos cuatro años de Gobierno, que demuestra lo que todos intuíamos: que al PSOE le queda un largo calvario antes de recuperar el prestigio perdido. De ahí la urgencia de un cambio de imagen y estrategia que les permita ilusionar a unas bases muy afectadas por la crisis, que han preferido quedarse en sus casas, antes de avalar con su voto a un partido que hizo recortes que están más en la línea de lo que predica Merkel y Rajoy que de lo que deben ser las políticas de la izquierda española.
Si algo esperan los ciudadanos de un partido como el PSOE es un mensaje claro y contundente sobre cómo salir de la crisis sin que salte por los aires el Estado de bienestar, pero no solo eso, también sobre el papel de los ciudadanos en este nuevo tiempo que nos está tocando vivir, que solo produce paro y desigualdades sociales, amen de mucho sufrimiento entre quienes ven como desciende su nivel de vida sin que nadie haga nada por evitarlo.
