ANTITÓPICO SOCIALISTA (I). A propósito de la eternidad del PSOE de las JONS.

LA CENTURIA, CONDITIO SINE QUA NON PARA UNA VIDA ETERNA EN LA PRESENTE (LA “PARADOJA DE GÓMEZ Y ROJO”).
Al director de Periodista Digital, Alfonso Rojo, le oí decir que yerran quienes piensan que un partido centenario como el PSOE, fundado en 1879, puede desvanecerse hasta el extremo de desaparecer del mapa político español. No dudo que por tan grande hallazgo merezca compartir ex aequo un Nóbel de parejo rango, ignoro si de sociología o economía, con el genio que acaba de descubrir que «Rubalcaba no es Fraga»: José Luis Gómez, el de «las malas lenguas de España». Ello me obliga a proponer desde aquí campaña y consideración para ambos, pues, de concedérseles, ningún otro Premio Nóbel habrá sido tan justo.

En un caso, de macroeconomía partitocrática, y en el otro, de microeconomía biográfica, el mérito en sustancia del hallazgo consiste en lo siguiente: si hasta ahora, sumidas en profundo error, tanto las ciencias empresariales y económicas como la propia Sociología consideraban que las empresas nacen, crecen y mueren —como tantas veces he oído repetir al profesor Miguel Cancio—, desde ahora, al contrario de lo que se pensaba, toda empresa centenaria, nacida y crecida durante un mínimo de cien años, en lugar de encontrarse abocada a un mundanal trasiego con fecha de caducidad, pervivirá sobre cualquier trance; o lo que es lo mismo, su vida en este mundo será eterna.

Conocíamos, en una cultura cristiana como la nuestra, la posibilidad de “vivir eternamente” en-la-otra-vida —la vida perdurable, como la denominó Julián Marías—, mas he aquí que la nueva y revolucionaria inversión científica (la “Paradoja de Gómez y Rojo”) nos propone, cumplida la centenaria condición, una paradoxal eternidad en ésta. Tal es, en efecto, el giro copernicano propuesto por dicha paradoja, cuyo éxito asegurado parece indiscutible, lo mismo en la red que en los foros científicos ad hoc.

Nos encontramos, pues, ante un descubrimiento extraordinario, estupefaciente, a cuyo tenor, no sólo el PSOE de los cacareados cien años, sino también cualquier otra empresa humana —el centenario Faro de Vigo, por ejemplo—, de no quebrar antes de sus primeros cien años, puede garantizarse una existencia sub specie aeternitatis. Advierto, de paso, que este periódico —decano de los diarios de la prensa española— es empresa, con 158 años a cuestas, fundada veintiséis años antes que el Partido Socialista Obrero Español: en 1853.

¡Enhorabuena señor Director de Faro de Vigo! Desde ahora, usted y la plantilla, pueden ya descansar gratis, cuanto quieran y les plazca, en Cancún; o tumbarse a la bartola en su terraza de Chapela mientras se recuecen los teletipos en las paelleras parabólicas del diario. Y siendo cunqueirianos hereditarios como son, hasta permitirse desatinar sin necesidad de opios chinos, fabulando informaciones inverosímiles allende las agencias de noticias. Después de todo, según el plagio alterado que Cela hizo de las memorias de Baroja, sobre el epigrama de un amigo del padre de éste —el curioso autor de los Aforismos higiénicos (1872), don Ulpiano Segarra Balmaseda—,

En China, un mandarín
gastaba en el sobaco peluquín,
y en Vigo un tal Angulo
tocaba el clarinete con el culo.

Moraleja: Para hacer desatinos,
no hay como los gallegos y los chinos.

Con todo, nobleza obliga: confieso no recordar literalmente los términos en que se expresó Alfonso Rojo. Por ello, es probable que mi referencia sea inexacta; mas lo indicado por su contenido —que un partido con más de cien años no se puede extinguir— permanece tan inalterable y más pétrea verdad que el Pico Sacro que tengo ante los ojos.

Además, aunque así no lo hubiese dicho, sobreabundan los que creen —o simulan creer— en el machaca-que-algo-queda socialista de los “cien años de honradez”, al que sin duda, de tanto repetir, suponen virtudes profilácticas contra el virus de las extinciones histórico-políticas. Incluso a algunos les basta, simplemente, con la “razón-cuantitativa” de la centuria, sin entrar lo más mínimo, ¡para qué!, en eso de la honradez. Tal vez porque la honradez, considerada otrora secreto frontal de las féminas —hoy, dorsal intimidad de ciertos varones, según la progresista Educación Anal para la Ciudadanía—, la perdió el PSOE de las JONS entre sus extravíos de promiscuidad neoconsocialista: pernoctando con la más vomitiva especulación societaria y financiera, consintiéndola tan inmoral como legalmente desde su Gobierno, a la vez que prostituyéndose codiciosamente entre los lenocinios de los nuevos-ricos.

(Véase: «ANTITÓPICO SOCIALISTA (II). Centuria, honradez y Neoconsocialismo.»

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© R. Malestar Rodríguez
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Autor

Roberto Malestar Rodríguez

Roberto Malestar (Vigo). Heterodoxo; filósofo —licenciado, graduado y doctorando en filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela. Publicista, ensayista y articulista. Es, además, letrista e intérprete de tangos, folclore hispanoamericano y otros géneros.

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