Charo Zarzalejos – Salvada La Princesa.


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

La Princesa, hospital de referencia en Madrid y en el conjunto de España, ha dejado, afortunadamente, de ser objeto de conflicto. Creo que nunca estuvo en la cabeza del consejero de sanidad de Madrid y mucho menos en la cabeza de su presidente Ignacio González, lo que se ha denominado «desmantelamiento». Sin embargo las reformas que en su momento se anunciaron así fueron percibidas y en cualquier caso suponían, cuando menos un cambio de «modelo» de un centro hospitalario que ha logrado reunir a un numero muy importante de profesionales realmente excepcionales.

Trabajadores y vecinos de la zona _una de las fieles al PP_ se echaron a la calle y lograron reunir algo más de trescientas mil firmas para que La Princesa continuara siendo lo que siempre ha sido. Y así va a ser pero con menos dinero. Es decir, le va a ocurrir lo que ocurre a todas las instituciones, universidades, empresas y ciudadanos. Todos tenemos menos.

Ignoro que grado de influencia puede tener sobre un Gobierno las manifestaciones o la presión social. El Gobierno, cualquiera que sea, dirá que ninguna y los que se manifiestan dirán que mucho o muchísimo. Sin embargo, y en el caso que nos ocupa lo determinante ha sido el acuerdo basado en el compromiso de los propios profesionales de La Princesa de hacer lo mismo pero con menos dinero que es lo que Ignacio González, quería. Los profesionales se han comprometido a ello y el presidente de la Comunidad ha aceptado su palabra, no sin reconocer y agradecer la actitud de los responsables médicos. Ambas partes, en principio, están satisfechas dentro de la satisfacción que puede brindar el hecho de tener que administrar recursos bien escasos.

Estamos en tiempos de muchos conflictos y es en estos tiempos en los que es más necesario que nunca la voluntad, la determinación de encontrar fórmulas que causen los menos daños posibles. La fórmula de La Princesa puede ser válida, debería serlo para otros hospitales en Madrid y de fuera de Madrid pero para ello es necesario que se den algunas premisas: voluntad de acuerdo e inteligencia política para hacerlo posible. Es obvio que los profesionales han demostrado una clara voluntad de salvar La Princesa y es obvio que el presidente de la Comunidad de Madrid ha tenido la suficiente inteligencia política para, de acuerdo con los propios médicos, salvar La Princesa.

Hoy miles de madrileños, muchos de ellos pacientes desde hace años de este hospital, respiran tranquilos; los profesionales han hecho un ejercicio de responsabilidad y el Presidente de la Comunidad puede apuntarse en su haber una buena solución. Y todo y todos tienen su mérito porque es seguro que los médicos seguirán actuando con clara conciencia de que lo que tienen entre manos son vidas humanas y, que quieren que les diga, ser sucesor de Esperanza Aguirre, tiene su aquel y González está superando la prueba con acierto. Gallardón, con las tasas, lo tiene más complicado.

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