Charo Zarzalejos – Los catalanes ante sí mismos.


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

Nunca unas elecciones autonómicas habían levantado tanta expectación (y preocupación) como las que hoy domingo se celebran en Cataluña. Ya entrada la noche tendremos la radiografía política de una sociedad que sufre más que ninguna otra en España unos recortes que dejan sin aliento, en la que la última huelga general resultó ser más contundente y reivindicativa que en ninguna otra autonomía y que una y otra vez tiene que acudir al fondo común para hacer frente a sus deudas.

Sabremos qué ha decidido una sociedad que en los últimos tiempos se ha visto abocada, además, a tener que resolver el dilema de lo que quiere ser y cómo quiere ser. Es un dilema sobrevenido, planteado, aireado y alentado desde un aventurerismo político sin precedentes en España.

Y es por esto, no por los recortes ni por el índice de paro, por lo que los catalanes hoy se colocan democráticamente ante si mismos. Son ellos lo que libremente tienen que decidir ante la mirada atenta y preocupada del resto de españoles que saben, sabemos que a corto o medio plazo Cataluña va a deparar al resto de España y a los propios catalanes, más de una jornada de zozobra.

Mañana lunes será la auténtica jornada de reflexión para todos. Para los que hayan ganado que tendrán que administrar su victoria sabiendo que por muy triunfadores que sean no son los únicos catalanes. Y la victoria , por amplia que pueda resultar, o se reviste de prudencia y se aplica con inteligencia o acaba arrollando a quien la recibe. Desde la victoria, tendrán que gestionar un día a día de extrema dificultad económica y tendrán la obligación moral y política de que la nueva legislatura no sea la legislatura de la frustración, de la melancolía.

A distancia, Rajoy y Rubalcaba están impelidos a esa reflexión. Juntos representan a más de ochenta por ciento de los españoles y juntos, mejor que por separado, deberán dar respuesta no sólo a determinadas pretensiones secesionistas, sino al desorden institucional que poco a poco se está instalando en España. No puede ser que el Poder Judicial abra la posibilidad a una huelga por muy poco que le gusten las medidas del Gobierno; no puede ser que a base de ingeniería presupuestaria se instale y tome cuerpo la desigualdad de los españoles. Es verdad que lo que hoy preocupa y ocupa a los españoles es el paro creciente, el empobrecimiento generalizado, pero un acuerdo de Estado en bien del propio Estado es una asignatura pendiente. Hace ya un tiempo un ministro de Justicia socialista dijo con acierto que «en España vivimos un federalismo inconsciente». ¿Se puede seguir viviendo en la inconsciencia?.

Las elecciones de hoy en Cataluña colocan a los catalanes ante si mismos y a los dos grandes partidos ante la responsabilidad y obligación ineludibles de poner conciencia en un Estado que tiene mucho de inconsciente.

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