España, ¿hacia dónde vamos?


”More and more and not enough” Más y más y no suficiente.
He querido resumir en estas pocas líneas cual es mi visión sobre el futuro. Comienzo con una frase sacada de un reciente artículo de The Economist porque creo que refleja mejor que otras muchas el sentimiento más compartido.

Mis conclusiones son vivas, pues tengo la fortuna de escuchar y hablar a muchas personas. Escucho, pregunto, y a veces comento. Mi objetivo es básicamente egoísta, y consiste en extraer la información que me permita hacer la mejor composición de lugar posible sobre el futuro.

No es desde hace mucho tiempo que empieza a poder dibujarse el paisaje del futuro. Para ser más preciso, varios paisajes que podemos resumir en dos. Uno, es el que parece que se persigue, y el otro, al que probablemente nos estemos dirigiendo.

Los dos son muy diferentes, y todavía no sabemos cual de los dos tiene más probabilidades de ser el final.

Hoy nos centraremos en el primero, en el que parece que las cosas van funcionando. Pero recuerde, estamos en 2020:

España ha sufrido un largo proceso de ajuste fiscal que culminó en 2014 cuando se alcanzó el equilibrio fiscal estructural, lo que ha permitido que la deuda pública se haya estabilizado en los últimos años en niveles inferiores al 100% del PIB.

El Estado se ha reorganizado tras duras negociaciones entre las CCAA, dando lugar a un nuevo modelo de financiación reforzado con una profunda reforma constitucional, permitiendo aparcar las demandas soberanistas que han encontrado acomodo en el nuevo modelo de reparto.

Hace ya siete años que la balanza corriente es positiva, y España está ya devolviendo anualmente al exterior, a un ritmo del 2% de su PIB, el dinero que tomó prestado durante los años de la burbuja. La población ha descendido en 2 millones.

La población ocupada que llegó a ser poco más de 16 millones a mediados de 2013 en el momento más agudo de la crisis de empleo, es ahora de 18,5 millones, y la tasa de desempleo se ha reducido hasta el 14%.

En 2005 con 18,3 millones de personas ocupadas, la tasa de desempleo era del 10%. La profunda reforma del sistema financiero cambió por completo el sector.

La financiación del BCE que llegó a ser de más de 400 mil millones en 2012 se ajusta ahora al tamaño del PIB, y las poco más de 10 entidades financieras resultantes de la crisis acuden con normalidad a los mercados.

El modelo de financiación de la economía, antaño basado en garantías inmobiliarias, ha dejado paso a un sistema financiero mucho más equilibrado donde las empresas encuentran financiación para su crecimiento a través de modelos basados en las cuentas a cobrar, y son comunes las operaciones de financiación mediante operaciones de factoring sindicado y titulizaciones.

Las empresas acuden ahora directamente a los mercados internacionales de financiación. Como consecuencia se ha desarrollado un profundo mercado secundario de deuda corporativa y la financiación directa de proyectos al margen de la banca alcanza ya el 30%.

Las políticas de ajuste, que afectaron con fuerza a rentas, salarios y beneficios y que provocaron una fuerte devaluación interna que mejoró hasta un 20% la competitividad de la economía española en el quinquenio 2009-2014, dejaron paso a partir de entonces a las políticas de reforma y crecimiento.

Estas políticas dirigidas a mejorar la competitividad y la internacionalización han favorecido la concentración empresarial incrementando el tamaño medio de las empresas.

Para ello ha sido precisa una profunda revisión de los regímenes regulatorios aprovechando la reorganización del Estado ahora más eficiente tras la reforma constitucional que consagra el principio «una responsabilidad, una administración».

El consenso de los partidos políticos alrededor del Pacto de Toledo ha conseguido una reforma profunda del sistema de pensiones, que ahora es mixto, con un sistema público sostenible que garantiza rentas mínimas a la población al tiempo que se estimula el ahorro mediante fondos de pensiones privados.

Con la desaparición del estigma nuclear en Europa, y la puesta en marcha del nuevo Plan energético nacional, España tiene prevista la próxima entrada en funcionamiento de su nuevo parque de centrales nucleares que junto a la energía procedente de su amplio parque de plantas eólicas y solares va a reducir de forma muy significativa la dependencia energética de los combustibles fósiles de importación.

España continúa siendo la potencia turística que era hace 10 años, pero también ha sido capaz de orientar sus exportaciones hacia las áreas del mundo de mayor crecimiento, incrementando hasta el 50% del PIB sus exportaciones, y centrándose en aquellas de mayor valor añadido.

Ha sido un tránsito difícil para nosotros y para muchos otros en Europa, pero hoy continuamos compartiendo el euro con los mismos países que lo compartíamos cuando en 2010 con ocasión de la manifestación de la crisis en los países del sur de Europa y especialmente en 2014 a consecuencia del estallido social provocado por las reformas en Francia, el euro estuvo a punto de desaparecer.

Hoy, gozamos de un sistema de unión fiscal y bancaria que garantiza similar estatus a todos los ciudadanos de la Unión, y desde la puesta en marcha de las emisiones europeas de deuda, el euro comparte junto al dólar el lugar de divisa de reserva que en algún momento estuvo amenazado por el yuan chino.

La independencia energética lograda por los norteamericanos y el fuerte crecimiento de la demanda interna en China que ha pasado en apenas 10 años a explicar el 50% de su PIB permiten al mundo mirar de nuevo al futuro con renovada esperanza, algo que parecía un sueño muy difícil de alcanzar cuando allá por 2014 la crisis amenazaba con romper definitivamente a Europa en dos, separando a los países del próspero norte liderados por Alemania, de los del pobre sur, con Francia incluida.

Fue cuando las revueltas sociales de 2013 y 2014 amenazaron con romper el euro y llevar al poder a gobiernos débiles incapaces de proveer soluciones de largo plazo, centrados en satisfacer las demandas de seguridad de la población mediante medidas populistas que más allá de calmar las demandas inmediatas de la población, amenazaban con llevar al sistema de libre mercado a su extinción para ser sustituido en el mejor de los casos por regímenes autocráticos.

Afortunadamente la política europea fue entonces escrita en mayúsculas, y lo que en un momento temimos que fuese el fin del proyecto europeo es hoy, en 2020, una de las zonas del mundo que mayor estabilidad proyecta sobre el conjunto de la economía mundial.

Dejamos el otro paisaje para el siguiente artículo.

 

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