Charo Zarzalejos – Mas ante su espejo.


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

La «operación Mas» se recogerá en los manuales de Política como paradigma de lo que no hay que hacer, como ejemplo sin precedentes del error de cálculo de un presidente que pudiendo gobernar con tranquilidad parlamentaria para hacer frente a una crisis que en Cataluña está resultando ser especialmente devastadora, se dejó obnubilar por una manifestación al grito de «independencia». Se enfadó con el Presidente Rajoy porque no se avino al Pacto Fiscal y tiró por la calle de en medio. Quería una mayoría excepcional no para salir de la crisis, sino para realizar una consulta de carácter soberanista.

Ha resultado que Artur Mas ha hecho la campaña a ERC que se ha colocado como segunda fuerza y como si nada hubiera pasado, como si se hubiera visto forzado a una situación no deseada, ahora -con menos apoyo que hace dos años- dice a los demás que él solo no puede, de manera que se impone la responsabilidad que él, evidentemente, no ha tenido.

La responsabilidad política debería haberle llevado a presentar su dimisión. No sólo ha perdido posiciones de manera clamorosa, sino que además ha conducido a Cataluña a una situación laberíntica. Primero planteó una campaña que tenia mucho de desgarro en la medida que colocó a los ciudadanos en la tesitura de decidir que querían ser y luego, esclavo de sus palabras no tiene más remedio que aliar su suerte a ERC. Así, Artur Mas y con él CiU y sobre todo Convergencia, se ha colocado frente a su propio espejo que, por cierto, está lleno de opacidades. Y lo que es más importante, CiU ha dejado de ser esa fuerza política transversal, catalanista, que ofrecía seguridad a la inmensa mayoría de catalanes y que desde esa posición ha sido artífice destacado de la España que, según ellos, les expolia hasta el punto de querer abandonarla.

El «riesgo» no es la independencia que no se va a producir. El riesgo es la ingobernabilidad, el despiste, la inseguridad que puede generar un gobierno en minoría apoyado por ERC. Rajoy, que no movió una ceja cuando Mas le lanzo el envite de Pacto Fiscal «o atente a las consecuencias», ahora tampoco ha perdido la compostura institucional y ha brindado su apoyo y auxilio «para salir de la crisis». Entonces y ahora el Presidente del Gobierno cumple con su obligación. Solo queda por ver como va a gestionar Mas esta nueva y difícil situación.

Nada de lo que ocurra en Cataluña es ajeno al resto de los españoles, pero el agobio debe ser el justo. Es Artur Mas y su partido quien tomó una decisión que se ha visto equivocada. Ha sido Mas quien lanzó un órdago que ha perdido y es a Artur Mas, no a otros, a quien le toca dar respuesta a este «después» catalán. ¿Se reconocerá Mas cuando se mire al espejo?

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