Julia Navarro – Escaño cero – El ejemplo.


MADRID, 11 (OTR/PRESS)

¡Bien por los representantes de los trabajadores de Iberia!. Sí, bien por haber desconvocado la huelga que sin duda iba a causar importantes perjuicios a muchos ciudadanos que estos días navideños tienen que viajar a sus ciudades, países de origen o, simplemente, se van de vacaciones.

Lo ha dicho la ministra Ana Pastor: los trabajadores de Iberia están teniendo un comportamiento ejemplar y han dado una lección de responsabilidad. Y no puedo estar más de acuerdo con ella. Efectivamente, los trabajadores han dado una lección de responsabilidad y ahora falta que también dé una lección de responsabilidad la empresa, sus directivos a los que les va tan bien aunque a la compañía le vaya mal a causa de su gestión.

Y es que pretender despedir a cuatro mil trabajadores de Iberia es tanto como dejar a la compaña en los huesos. Y si a eso se le añade cerrar rutas para regalárselos, intencionadamente o no, a la competencia, es ya de aurora boreal. Si el plan de los directivos de Iberia sale adelante la compañía terminará siendo irrelevante y eso es lo que el Gobierno debería de evitar.

Ha dicho la ministra Ana Pastor, que ha dejado claro a las dirección de Iberia cuáles son las líneas rojas que no deben de traspasar: que Iberia continúe siendo española y que continúe manteniendo las rutas con Iberoamérica, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.

Lo cierto es que a Iberia le fue bien hasta la fusión con Britis Airways. Es cierto que la Britis había llevado a cabo su propia reconversión antes de la fusión, pero también es cierto que la fusión con Iberia ha redundado en su beneficio y en contra de la compañía española.

Los representantes de los trabajadores de Iberia, incluido el sindicato de pilotos, vienen manifestando que están dispuestos a negociar, que son conscientes de que se debe y se puede ahorrar costes, que se pueden hacer las cosas mejor para que la compañía sea más rentable, y llevan en la cartera sus propias propuestas para hacer su empresa más eficaz. Pero los directivos de Iberia se vienen negando a cualquier cosa que no sea aplicar el plan que ya han establecido y que pasa por dejar en la calle a cuatro mil trabajadores, reconvertir Iberia en una compañía que apueste por el «bajo coste» y renunciar a destinos que eran parte de sus señas de identidad. Pongo un ejemplo, uno de los vuelos que más demanda tiene es el de República Dominicana, pero con los nuevos planes de la empresa de ahora en adelante el que quiera ir a Santo Domingo tendrá que ir a coger el avión a Londres o a Paris.

Esperemos que la dirección de Iberia haga caso a la ministra Ana Pastor que también ha dejado dicho que la salvación de Iberia no puede pasar solo por reducir rutas y plantilla. Y pienso yo que la ministra debería de dar un paso más y plantear una revisión del acuerdo con la Britis que ha resultado ser un fiasco de tamaño monumental.

Los sindicatos han movido ficha y se han apuntado un tanto dando una lección de responsabilidad, ahora le toca a los directivos de Iberia. Esperemos que estén a la altura de los trabajadores.

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