MADRID, 13 (OTR/PRESS)
La mañana de ayer en el Congreso fue trepidante. A iniciativa del PSOE se trataba de presentar un recurso de inconstitucionalidad de toda la Oposición al decreto por el que el Gobierno revaloriza las pensiones pero por debajo del IPC. Esta decisión es considera radicalmente injusta y atentatoria contra derechos ya consolidados y por ello susceptible de ser considerada inconstitucionalidad. Todos los grupos están de acuerdo en el rechazo a la decisión del Gobierno, pero la foto conjunta no fue posible. PSOE y UPyD se negaron a salir en el mismo marco que Amaiur que a día de hoy continúa sin condenar a ETA y sus crímenes. ERC se ha escandalizado por esta decisión y ha dicho que con ellos no cuenten.
Resulta llamativa esta sensibilidad hacia Amaiur cuando ERC, sin mover una ceja, no puso objeción alguna a la foto conjunta de todos los grupos -salvo el PP- en el inicio de la primera legislatura de Zapatero que se hizo con el único afán de dejar constancia del rechazo que producían los populares. Tampoco se conmovió cuando alguien habló del cordón sanitario porque a quien se trataba de aislar era al PP y ni mucho menos levantó la voz cuando se firmo el famoso pacto del Tinell.
Negarse a una foto conjunta con quienes llamándose demócratas son incapaces de condenar a ETA y sus crímenes es para ERC un atentado a la democracia pero excluir a un partido con el que se puede discrepar hasta lo infinito pero que lejos de matar ha puesto muertos -al igual que el PSOE- no solo no rechina los principios democráticos, sino que, al parecer, era bueno para la propia democracia.
Al PSOE le asiste todo el derecho del mundo a presentar recurso y sin entrar en el fondo de la cuestión, creo que sus reticencias a compartir foto con Amaiur está llena de sentido y en el caso de UPyD es más que coherente con las posiciones que viene defendiendo. Lo llamativo, insisto, es que ERC se conmueva con Amaiur y más llamativo aún es que CiU y el gobierno que se dispone a presidir Artur Mas haga depender su suerte de un partido que en esto de comportamientos democráticos tiene, por lo menos, dos varas de medir. Si se trata del PP, leña hasta que las ranas tengan pelo, y si se trata de Amaiur, esto ya es otro cantar. Rubalcaba lo sabe y por eso no ha querido cantar con todos. Juntos, sí, pero revueltos ni para ir al Constitucional.