Julia Navarro – Escaño Cero – La virtud de escuchar.


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Una de las cosas que más me sorprenden del Gobierno Rajoy es su empeño en ponerse en contra a todos los colectivos, ya sean médicos, profesores, notarios, amas de casa, pensionistas, investigadores, etc.

Todos los gobiernos, sobre todo si han obtenido mayoría absoluta en las urnas, suelen pecar de soberbia en mayor o menor grado y eso se traduce en que no escuchan, en que se niegan a escuchar a quienes no coinciden al cien por cien con lo que ellos quieren oír. Esa actitud les suele llevar al desastre. Le sucedió a José María Aznar que estaba tan convencido de que debía apoyar a su amigo George Busch en la triste aventura de Iraq, que poco le importó que cientos de miles de ciudadanos se manifestaran en las calles protestando por su decisión.

No digo que los gobernantes tengan que actuar en función de las manifestaciones o de las encuestas, pero desde luego no deberían nunca dejar de escuchar y procurar entender el por qué de esas manifestaciones y del sentir general.

En el PP confían que dentro de un año la economía vaya mejor y a los ciudadanos se nos pase el berrinche por tantas reformas que hasta ahora lo único que han provocado es un recorte del Estado del bienestar. Pero me parece a mí que tanta soberbia les puede conducir a llevarse una sorpresa en las urnas y eso que enfrente no tienen oposición, o mejor dicho tienen una oposición extremadamente endeble.

Pero de la misma manera que José María Aznar ganó a Felipe González porque los ciudadanos estaban hartos de González, y que Zapatero venció a Aznar porque los ciudadanos no soportaban más prepotencias de Aznar, y que Rajoy ha ganado a Zapatero porque los ciudadanos querían poner punto final a la frivolidad e improvisación de Zapatero, me parece a mí que a Rajoy le va a derrotar el primero que pase porque los ciudadanos no queremos que nos continúen desmontando el Estado del bienestar y nos pongan en marcha el modelo liberal puro y duro en el que lo que predomina es el sálvese quien pueda.

Desde el PP dicen que el Gobierno está tomando medidas imprescindibles, además indicadas por Bruselas. Claro que la Europa de hoy, salvo Francia, está gobernada por partidos conservadores de manera que todas las recetas para salir de la crisis son netamente conservadoras. Pero lo peor de todo es que están rompiendo el «contrato social», ese contrato que ha permitido en Europa décadas de prosperidad y sobre todo de que pudiéramos disfrutar de una sociedad más justa.

Hace ya unos cuanto años, en vísperas de que el PSOE ganara las elecciones de 1982, Alfonso Guerra dijo aquello de que una vez que gobernaran los socialistas a España no se la iba a reconocer. Se equivocó. Es ahora, con los efectos de las políticas del Gobierno Rajoy cuando los españoles estamos dejando de reconocer nuestro país porque este gobierno está socavando los cimientos del Estado del bienestar privatizando o poniendo para su gestión en manos privadas asuntos tan sensibles como lo es la sanidad.

El Gobierno Rajoy está traspasando líneas rojas que ni siquiera José María Aznar se atrevió a traspasar. Seguramente invitarles a la reflexión es un brindis al sol, pero no les vendría mal a nuestros actuales gobernantes caerse del caballo como San Pablo y tomar conciencia de la realidad. No se puede gobernar contra todos y eso es exactamente lo que están haciendo. Contra el pecado de soberbia, la virtud de escuchar.

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