Rafael Torres – Al margen – Corrupción política: el hedor que envenena.


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Angel Acebes, que formó parte durante cinco meses del Consejo de Administración de BFA/Bankia que la remató, no sabía, como al parecer ninguno de los otros miembros del órgano de dirección, gran cosa de cuentas, pero sí lo suficiente para saber que cada día que permaneció vinculado a la entidad cobró la bonita cantidad de mil euros, tan fácil de sumar jornada a jornada y, desde luego, tan fácil de conseguir para él, que no tuvo que allegar otro mérito que el de ser amiguete de Rato, que le colocó. Sobre esa enormidad (de momento, hasta el que el juez Andreu de la Audiencia Nacional le otorgue una calificación judicial, dejémoslo en enormidad), y sobre la inmoralidad general que presidió la creación del engendro bancario formado por siete Cajas de Ahorro controladas por el PP, se ha edificado buena parte de la ruina del sistema financiero español, y, no menos grave, la desgracia de centenares de miles de españoles, engañados con productos que, como las Participaciones Preferentes, fueron diseñados en su comercialización masiva a particulares precisamente para engañar masivamente a la población.

El Gobierno del Partido Popular pretende, al parecer, lanzar una campaña publicitaria para mejorar la cochambrosa imagen de los políticos, particularmente la de los suyos. Nada más fácil ni más económico: bastaría, en una primera fase, con que el PP se presentara como acusación particular denunciante y actuante contra los miembros de su partido acusados de corrupción. El PSOE, claro, debería ayudarle, merced al gran «sentido de Estado» que tiene, denunciando y ejerciendo la acusación contra las manzanas podridas de su cesta, y así se daría el primer paso, y barato como corresponde a los tiempos que corren, para adecentar un poco esa hedionda imagen. El segundo, que ya vendría rodado por ese inicial pacto de Estado entre el PP y el PSOE, impedir los más que sospechosos planes privatizadores de la Sanidad Pública y devolver el dinero robado a la gente en las Cajas en que andaban los dos, bien que con el concurso menor, domesticador, de IU y de los sindicatos, aunque, así mismo, con el concurso mayor de la patronal.

¿Alguien duda a estas alturas de que la corrupción política está en el origen de la actual ruina nacional? ¿Alguien ignora aún los pormenores del saqueo de las arcas públicas por parte de políticos sin escrúpulos y en combinación con malhechores? Sin política, un pueblo no puede vivir. Sin políticos de éstos, perfectamente.

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