Julia Navarro – Escaño Cero – La hucha.


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Hay días que dan ganas de decir aquella frase de «que paren el mundo que me quiero bajar». Y es que en medio de la crisis que padecemos los casos de corrupción resultan insoportables. Ahora tenemos de nuevo de rabiosa actualidad a Luis Bárcenas, extesorero del PP, que al parecer tenía unos cuantos millones de euros distraídos en Suiza. Por no hablar del famoso ático del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, o de los increíbles negocios de la familia Pujol, por no olvidar que el caso Gürtel continúa vivo y coleando lo mismo que los ERES fraudulentos de Andalucía.

Frente a estos y otros casos poco edificantes nos encontramos que desde que ha comenzado la crisis ha aflorado lo mejor de la sociedad, porque seguramente nunca como ahora los ciudadanos hemos sido tan solidarios. La familia es la principal red que está evitando el derrumbe social, y luego hay una serie de organizaciones cívicas cuya labor es impresionante. Por ejemplo los Bancos de Alimentos.

He tenido la suerte de conocer a José Antonio Bustos, presidente de la Federación de Bancos de Alimentos, durante un acto en que el mundo editorial ha querido tender su mano solidaria. En las próximas semanas una parte de las ventas de todos los libros de bolsillo que se venden en El Corte Inglés, irá a parar al Banco de Alimentos. La iniciativa se acaba de poner en marcha y ya se han recaudado más de siete mil euros. Como ha dejado dicho el escritor Ramón Pernas, «los libros se convierten en una hucha y lo que queda en esa hucha irá a parar al Banco de Alimentos». La frase es hermosa, pero mucho más lo es saber que se está haciendo realidad.

Pero vuelvo a José Antonio Bustos porque les confieso que me ha impresionado lo que me ha contado, por ejemplo que los Bancos de Alimentos han logrado paliar el hambre, sí el hambre, de más de millón y medio de familias. Lo hacen a través de otras organizaciones no gubernamentales que a pie de calle ayudan a cuantas personas lo necesitan. De manera que es una buena noticia saber que los españoles somos solidarios, tanto que me cuenta José Antonio Bustos que en el último año han recogido un 20 por ciento más de alimentos, porque tanto empresas como ciudadanos de a pie están haciendo un esfuerzo añadido.

Bustos también hace hincapié en que nuestra sociedad debería de reflexionar sobre lo mucho que desperdiciamos, las toneladas de alimentos «validos» que tiramos diariamente a la basura. No se trata de comerse los yogures caducados como parece que hace el ministro de Agricultura, Arias Cañete, que la verdad a mí me parece que la suya es una afirmación desafortunada, sino de comprar lo que verdaderamente necesitamos y vamos a consumir, pero sobre todo saber que la comida también se puede reciclar como hacían nuestras abuelas.

En fin, que en medio de la desolación siempre hay motivo para seguir creyendo en el ser humano. Y a mí me parece muy hermosa la iniciativa de que los libros se conviertan en esa «hucha» para quienes por la maldita crisis lo están pasando rematadamente mal.

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