MADRID, 22 (OTR/PRESS)
Los dirigentes del PP son únicos en capacidad de liar las cosas e incurrir en todo género de contradicciones. Con ocasión del enorme escándalo de las cuentas y manejos de Luis Bárcenas han dicho de todo y todo contradictorio, especialmente la secretaria general, Dolores de Cospedal. Esta señora es única y es la misma que a pie de playa aquel verano acusó sin la menor prueba al Gobierno socialista de espiarlos y perseguirlos con saña, ya no me acuerdo si los socialistas se querellaron como éstos amenazan hacer con los que ahora acusan a los suyos de cobrar sueldos negros y cuantiosos con dinerales obtenidos de ninguna fuente buena. Por un lado deciden abrir investigaciones, al tiempo que aseguran que nada hicieron y que los malos son los que les acusan, contra los cuales, como digo, se disponen a querellarse: mejor que esperasen a que las averiguaciones diesen resultados, no sea que luego se vean en un trance inenarrable. El testimonio que da el exdiputado Jorge Trias, conociendo la calidad de esta persona, me parece de una gran credibilidad y no creo que se haya inventado nada.
El Gobierno de Rajoy y su partido han entrado en un carrusel endiablado y su hundimiento es innegable, desde las vertientes electoral, moral y política. El olor a podrido llega hasta Dinamarca. Eso no lo remedian con las representaciones teatrales que nos están ofreciendo y que son patéticas y ridículas. Solo con tener o haber tenido esos personajes en puestos de gran responsabilidad del partido quedan en el más espantoso de los descréditos. La primera encuesta de opinión que aparezca les va a dar no ya en caída libre sino perdiendo las eventuales elecciones que se celebrasen. Eso sí creo que lo saben y ahí reside una buena parte de su catalepsia. Lo digo con tristeza, porque ese partido es uno de los grandes y porque, en el terreno personal, tengo ahí muy buenos amigos. El PP tiene que hacer lo imposible por salir de esta con inteligencia y con sincero deseo de regeneración. No lo conseguirá de otra manera y mucho menos con el idiota expediente de negarlo todo y huir de la realidad.
