Luis del Val – Once años: sujeto imponente.


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Alguno de los múltiples tontos contemporáneos que están empadronados en nuestro país se ha infiltrado en el PP y pretende que los niños de once años comiencen a aprender ciencia tributaria para que, el día de mañana, sean unos contribuyentes de provecho. El único inconveniente es que, si esto sigue así, no tendrán trabajo y deberán emigrar a otro país, donde las leyes fiscales a lo peor son diferentes.

Dice mi tía Pascualina que siempre ha habido mucha gente sin nada que hacer, y estos son los más peligrosos, porque en cuanto se descuidan pueden tener una ocurrencia. Como el tonto contemporáneo imponga su estúpido criterio, veo a los niños estudiar la Ley Hipotecaria a los doce y, puesto que los adolescentes españoles practican el sexo cada vez a más temprana edad, deberemos incorporar algún apartado de ginecología como asignatura obligatoria.

A los catorce, sin duda, habrá que estudiar la Ley de Arrendamientos Urbanos, y a los quince, si nos atenemos a la realidad, un ciclo de conferencias bajo el título general «Introducción a la epistemología de la Corrupción».

Ya puestos, y si de verdad el tonto contemporáneo quiere ser útil a la sociedad, habrá que incorporar un prontuario de apertura de cuentas bancarias en Suiza, y añadir a la Geografía una lista de paraísos fiscales.

Espero que José Ignacio Wert no se deje meter este gol, producto de tanto vacuo intelectual, que por la mañana no hace nada y, por la tarde, lo pasa a limpio. Yo ya he cumplido los once años, y juro que todavía me causa impresión tener que firmar bajo un epígrafe que reza: «sujeto imponente». La niña de once años puede creer que los profesores fuman hierba antes de las clases.

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