Esther Esteban – Más que Palabras – Bomba de racimo PP.


MADRID, 1 (OTR/PRESS)

El Partido Popular tiene en su seno una bomba de racimo. Esas bombas son un arma devastadora porque antes de impactar contra el suelo liberan multitud de pequeños artefactos que quedan dispersados de forma aleatoria y no siempre explotan, por lo que pueden permanecer ocultas, para acabar explotando, hasta 40 años después.

Eso es exactamente lo que le puede estar pasando al PP si se demuestra que es cierto lo que denuncia el chantajista Bárcenas. El problema de este escándalo mayúsculo no sólo es lo que puede afectar PP como partido, sino la desestabilización del gobierno y el desprestigio que eso provoca para el país y la marca España. Bárcenas ha dejado caer una bomba de racimo sobre una organización que ha hecho bandera de la limpieza de sus cuentas y presumido de no haber tenido jamás una FILESA al estilo socialista en su seno. Por eso su credibilidad política esta en juego y más allá de las responsabilidades tributarias o judiciales que se puedan derivar llegado el caso, la explicaciones han de ser claras, precisas y convincentes para despejar el manto de sospecha que les ha caído encima. El PP debe abrirse en canal, desnudar sus cuentas ante la opinión pública y demostrar que no tiene nada que ocultar y que las prácticas corruptas no llevan el anagrama ni están en el ADN de ese partido.

El PP niega rotundamente que esos papeles, publicados en El País, se correspondan con su contabilidad y añade que esta es única, transparente, limpia y auditada por el Tribunal de Cuentas. Por otro lado, la secretaria General expulsó al tesorero porque tenían serias sospechas de que no era trigo limpio y su relación con la Gürtel era más que evidente pero resulta que algunos de esos apuntes, supuestamente falsos del desleal, se corresponden con la verdad según ha confirmado García Escudero en la parte que le toca. ¿Entonces en que quedamos?.

Hoy mismo Rajoy debe dar explicaciones claras rotundas y transparentes porque sí no lo hace la bomba de racimo seguirá explotando sin previo aviso y eso es algo que el presidente del Gobierno no se puede permitir. Es verdad que la sombra de la corrupción no deja a salvo a ninguna institución democrática, desde la Casa Real hasta el último de los partidos políticos y a ningún nivel de la administración, desde el Gobierno hasta los ayuntamientos, pasando por las comunidades autónomas y las diputaciones provinciales pero eso no es argumento para intentar tapar el asunto sino para cortar por lo sano.

En la España de los seis millones de parados, los corruptos a la cárcel y los políticos que consienten a la calle. No hay matices ni medias tintas. O hay catarsis total o nos hundimos en el fango y nos come la mierda.

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