Antonio Casado – El partido del desaliento.


MADRID, 8 (OTR/PRESS)

Los socialistas han quedado encantados con los indicadores del último barómetro-sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) al comprobar que se mantiene una acusada tendencia del Partido Popular a la baja. Aunque la subida del PSOE es muy moderada, ha recortado la distancia que le separa del partido en el poder en más de 11 puntos. Aún así, si hubiera elecciones generales ahora mismo el PP volvería a ganarlas. La diferencia sería de algo menos de cinco puntos.

Otro de los motivos de satisfacción en Ferraz es que el secretario general del PSOE sale mejor valorado por los ciudadanos que el presidente del Gobierno y cualquiera de sus ministros. Sin embargo, la dirección del partido aparca en sus análisis el hecho de que tanto Rubalcaba como Rajoy quedan lejos del aprobado en la calificación de los votantes. La nota de aquél es de un 3,4. Y la de éste, el presidente, un 2,8. También es un dato relevante y desalentador que los dos no han dejado de caer en este ranking de valoración desde las últimas elecciones generales.

La atención frente a este tipo de sondeos oficiales se suele centrar en los epígrafes que recogen la intención de voto como indicador de la lucha por el poder entre el partido que gobierna y el que aspira a gobernar. Sin embargo, este primer barómetro del año se ha visto como un indicador de la crisis política, económica e institucional que se cierne sobre España. Por tanto, descifremos el sondeo en función de los estados de opinión de la ciudadanía y no en función de las expectativas electorales de tal o partido. Si lo hacemos así toparemos con el enésimo aviso sobre el peligro real de italianización que nos acecha.

Son muchos los síntomas. El más visible, en tanto que es el más cuantificable, es el constante decrecimiento de la suma electoral de los dos grandes partidos sobre los que se asienta el sistema (pilar izquierdo y pilar derecho), provocado por la creciente falta de confianza en la clase política. Un lugar común es el pesimista augurio de que en las próximas elecciones la facturación conjunta de votos PP-PSOE apenas va a alcanzar la mitad del electorado. Según el barómetro conocido esta semana esa suma sería del 65 por ciento, nueve puntos menos que lo sumado en los comicios de hace poco más de un año.

El único «partido» que sigue al alza en las intenciones de los votantes es el del desaliento, en medio de las voces que se alzan cada vez más claras en demanda de un pacto de Estado de todas las fuerzas políticas orientado a prevenir un eventual colapso del sistema. Los indicadores del CIS no pueden ser más elocuentes. Nueve de cada diez ciudadanos califica la situación económica de mala o muy mala. Y en cuanto a la política, la consideran mala o muy mala casi ocho de cada diez (7,4 exactamente). Y eso que el sondeo se llevó a cabo antes de estallar el escándalo en torno a las famosas listas del extesorero del PP, Luis Bárcenas, que la semana pasada llevó a España a las portadas de la Prensa internacional, con la figura del presidente del Gobierno vinculada a la corrupción. Lo que nos faltaba.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído