MADRID, 12 (OTR/PRESS)
El ladrillo ha tocado suelo. Lo dice en un informe JP Morgan sobre el mercado inmobiliario español. Asegura que los precios han podido ya frenar su caída, una clara señal de que el sector puede dirigirse hacia la recuperación. Habla también de la mejora de la economía española, que empieza a ofrecer señales positivas en muchas de sus variables. Hay que destacar que JP Morgan hizo recientemente un informe sobre España en el que mostraba su más absoluto pesimismo sobre el futuro y su total desconfianza en las reformas emprendidas.
Como muchos otros economistas, el autor del informe asegura que tanto la recuperación del sector inmobiliario como el de la economía en general vendrán del exterior, del aumento de las exportaciones y de las compras de casas por extranjeros, particulares o grandes fondos. Esto ya empieza a verse en datos. El dinero ha vuelto a España y no sólo compra deuda pública sino que ha empezado a invertir. Lo hemos visto en el sector del automóvil, pero también en otras áreas.
Ahora falta que los bancos empiecen a vender sus viviendas a los precios fijados, con descuentos al menos del 50 por ciento y liberen fondos para financiar la actividad económica. El desempleo sigue siendo el mayor problema de España y hay que empeñarse en solucionarlo. La mejora en la economía macroeconómica tiene que dar paso a mejoras en la economía real, en la calidad de vida de los ciudadanos. España es ahora más atractiva que hace apenas unos meses, no es ya asunto de discusión en las reuniones del Eurogrupo y tiene mejor prensa que poco tiempo atrás. Impulsar las reformas que faltan, sobre todo las que tienen que ver con los emprendedores, la financiación de sus proyectos y cómo no las que decisivamente influyen en la mejora de la imagen de la política y los políticos. La eliminación de la corrupción y desde luego la seguridad jurídica son fundamentales para atraer inversores y evitar la marcha de los que ya están.
