Rafael Torres – Al margen – Ada y Beatriz, dos mujeres recias.


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

De la galerna social en la que naufraga la sociedad española han emergido en los últimos días dos mujeres que, con un arrojo insólito, se han colocado a la vanguardia de los equipos que pugnan por rescatar a los que se ahogan: Ada Colau, la activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, y Beatriz Talegón, la socialista que quisiera serlo en un partido socialista de veras.

No se sabe muy bien cómo, pero seguramente gracias a la astucia y a la determinación que solo las mujeres saben conjugar en pos de los grandes propósitos, Ada y Beatriz se las han arreglado para penetrar en los órganos muertos del Sistema, donde han explicado, llamando al pan, pan, y al vino, vino, por qué están muertos y apestan. La una, Ada, en el Congreso de los Diputados, en la comisión que se ocupaba de los desahucios masivos perpetrados por los bancos con la complicidad de leyes inicuas y la cooperación necesaria de un Gobierno y de una clase política más inicuos si cabe. Allí, refrenando a duras penas la emoción y la rabia, que son los sentimientos que suscitan la violencia y la rapacidad de los bancos contra las personas, llamó «criminales» a los banqueros. Un «crimen», según el Diccionario de nuestra lengua, es un «delito grave», y un «criminal», el que lo ha cometido o ha procurado cometerlo. ¿Existe, por ventura, un delito más grave que arrojar a la gente de sus hogares mientras se la mantiene hipotecada de por vida? Tal vez, solo uno, el de inducción al suicidio en el que también pudiera hallarse algún banco incurso.

La otra, Beatriz, de las juventudes socialistas europeas, le echó coraje en Cascais, uno de los lugares, como se sabe, más bellos del mundo. Pero allí, como en todas partes según estableció fascinadoramente el recién desaparecido Eugenio Trías, se hallaba lo bello y lo siniestro, conviviendo en la reunión organizada por la Internacional Socialista. Lo bello, el idealismo y la probidad moral encarnadas en Beatriz Talegón; lo siniestro, todas aquellas momias ajenas, cuando no responsables, del dolor y la miseria de la gente. ¿Cómo ser socialista en un hotel de cinco estrellas?

De este país de mujeres recias, sensibles pero recias, han salido otras dos: Ada Colau y Beatriz Talegón.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído