Rosa Villacastín – El Abanico – Triángulo perfecto: el Rey, Suárez y la mujer rubia.


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Cae en mis manos un libro delicioso e interesante: «El azar de la mujer rubia», de Manuel Vicent. 244 páginas en las que el autor trata de reconstruir la estrecha relación que mantuvieron en el inicio de la Transición el Rey Juan Carlos, Adolfo Suárez y Carmen Díez de Rivera, a quién tuve la suerte de frecuentar después de que hubiese abandonado La Moncloa y la primera línea de la política, prácticamente cuando ya vivía a caballo entre Bruselas -donde llegó como eurodiputada del PSOE- y Madrid. Nos presentó la académica y escritora Carmen Conde, por quien yo sentía una gran admiración, basada en el respeto y la sensibilidad de dos mujeres que habían tenido que hacer frente a situaciones muy difíciles, pero igual de frustrantes y dolorosas.

Siendo como soy una seguidora de las columnas de Manuel Vicent, de sus libros, de su peculiar manera de narrar la realidad, reconozco que me sumergía en el libro con cierto escepticismo, preguntándome qué podía ofrecer de nuevo un hombre del talento del articulista de El País, que no supiéramos ya de la Transición. El resultado es un libro en el que aborda con maestría e imaginación la intima relación de estos tres personajes de la historia reciente de nuestro país, a los que unió el destino contra pronóstico.

Poco se ha escrito del desgarro de Carmen cuando se enteró de que el hombre del que estaba enamorada era su hermano, ya que ambos eran hijos de Serrano Suñer, «el cuñadísimo» de Franco. Fruto de una relación extramatrimonial de la que todos estaban al tanto pero de la que apenas se hablaba por tratarse de dos personajes muy conocidos: él un exministro y ella una aristócrata, la marquesa de Llanzol, considerada una de las mujeres más elegantes de su época. Menos de su huida a Africa, en un intento por olvidar a su primer gran amor, de su vuelta a España, su cercanía con la Zarzuela especialmente con el entonces Príncipe Juan Carlos, y por supuesto con Adolfo Suárez. Un hombre astuto, encantador de serpientes, al que Carmen unió su destino, y que acabaría convirtiéndose en el primer presidente de la España democrática, y ella en la musa de un periodo convulso en lo político, en lo sentimental, que muchos añoramos y que Carmen acabó odiando por la incomprensión de la gente para entender su verdadero papel en este triángulo perfecto.

Partiendo de la foto en la que aparecen de espaldas el Rey y Adolfo Suárez, y que fue tomada por el hijo del expresidente durante la última visita del Monarca a su viejo amigo y colaborador, Vicent va desgranando una historia apasionante, llena de intriga, en la que se entremezcla la realidad con la ficción, las luces con las sombras, los momentos más dulces de la vida de estos tres personajes con los más amargos: la muerte de Carmen, sola e incomprendida, y el Alzheimer de Adolfo Suárez que era todo fuerza y ambición y que hoy es apenas una sombra que se pierde entre la niebla.

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