José Luis Gómez – A vueltas con España – ¿Viviría mejor el PSOE con Feijóo?


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pueden pasar dos cosas: una, que sea falsa su mención en los pagos en dinero B de los listados de Luis Bárcenas -el impronunciable, parafraseando al escritor Manuel Rivas-, lo cual se supone que traería consigo dimisiones fulminantes en el periódico que publicó semejante cosa, o dos, que sea verdad, escenario en el que Rajoy tendría difícil no dimitir, por dos motivos: el primero, haber defraudado a Hacienda, y el segundo, haber mentido, al negar el cobro de los dichosos sobres. Si cabe el término medio, que no pase nada, España debería hacérselo ver.

La esperanza de que Rajoy se tenga que ir es la que mantiene viva la llama de la ilusión en el PSOE, incapaz de hacer oposición de verdad a un Mariano Rajoy que, incluso estando contra las cuerdas y con la economía hecha un desastre, ha salido ganador del reciente Debate sobre el estado de la Nación.

El socialista Rubalcaba se aferra al «váyase, señor Rajoy», cuyas bancadas replican con ese demoledor «quédese, señor Rubalcaba», pero pensándolo bien qué gana el PSOE si logra deshacerse de Rajoy. Si es que hay pruebas que impliquen a Rajoy con el impronunciable y las listas de El País son reales, indudablemente ganaría la democracia yéndose Rajoy, pero lo que es el PSOE no mucho, porque detrás del actual inquilino de la Moncloa puede venir otro mucho mejor que Mariano, fresco y sin nada impronunciable en su boca. Imaginemos por un segundo que Alberto Núñez Feijóo releva a Mariano Rajoy en la Presidencia, hipótesis que a nadie le chirría hoy en España, salvo tal vez a Esperanza Aguirre. ¿Harían fiesta en la sede de Ferraz o más bien harían las maletas para dejar paso a una nueva generación de dirigentes socialistas mientras el presidente gallego pone orden en Madrid?

En España no están bien ni las cosas de comer ni hay mucho orden en la casa. Y por si algo faltaba nos enteramos de que The New York Times asegura que la Casa del Rey ha presionado a los periódicos para que «bajaran el tono», viendo como el «caso Urdangarin» acorrala a la monarquía. Menos mal que Urdangarin nos echa una mano a todos -confiemos en que no sea al cuello- al decir que la Casa del Rey «no asesoró ni autorizó» sus actividades. Algo es algo. ¿O no?, que diría Mariano.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído