POLÍTICOS DOPADOS
Nuestros políticos están dopados,
ellos se inyectan nuestra hemoglobina
y al mismo tiempo que se nos arruina
ellos se sienten muy reconfortados.
El poder los mantiene muy drogados
pues mandar es una fuerte toxina
que la mente y la moral les arruina
y los tiene a todos intoxicados.
El aplauso es un veneno malsano
mucho peor que las drogas de Eufemiano.
La vanidad, el ego y el poder
son para ellos las drogas más en boga;
y desde ahora tendremos que escoger
hombres que estén libres de cualquier droga.
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Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«LA EXPAÑA DE Z»
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