MADRID, 09 (OTR/PRESS)
La bolsa vivió la mejor semana en seis meses con un alza del selectivo español cercano al 5,5 por ciento gracias a la escalada del viernes que se convirtió en la segunda mayor subida del año. El IBEX superó los 8.600 puntos, lo que fue además acompañado de una bajada importante de la prima de riesgo y una caída del interés del bono a 10 años muy interesante, por debajo claramente del 5 por ciento. Es cierto que el ambiente fuera es muy bueno. En Wall Street se han vivido jornadas históricas, pero es que además el mercado parece haber absorbido la preocupación de un horizonte político claro en Italia. Hasta dónde escalará es ya harina de otro costal.
En esta subida clara del IBEX ha tenido mucho que ver el comportamiento de Telefónica que ha subido un 4,5 por ciento y ha colocado la acción por encima de los 11 euros, algo que no se veía hace tiempo. Claro, que ha seguido ayudando la consecución del objetivo de déficit público que Bruselas había marcado a España y esos dos informes que han hablado bien del gobierno español y las medidas puestas en marcha. Es cierto que hay nuevas exigencias de subida de IVA y de revisión del sistema de pensiones.
Vamos a ver si se puede, por fin, ver cómo el gobierno acomete reducciones de gasto público tan importantes como improductivas, que hagan innecesaria esa nueva subida del IVA, tanto si se tratara del tipo máximo o de cambios en las interioridades del impuesto en tipos y productos.
En este sentido, hay que valorar muy positivamente la creación de la figura de la autoridad fiscal independiente, el vigilante de las cuentas públicas. Espero que además de vigilar, asesore sobre las partidas de gasto innecesarias. Algo así como un Barea renovado que no pase ni una y que pueda más que recomendar dónde meter la tijera sin piedad. Cierto que las perspectivas económicas de Europa no han mejorado para este año. Sin embargo, hay que señalar que el presidente del BCE en su última comparecencia no pareció especialmente negativo. Más bien al contrario, se le vio optimista y con una carta bajo la manga: la bajada del precio del dinero.