Charo Zarzalejos – La pendiente de Ana Mato.


MADRID, 09 (OTR/PRESS)

Tiene el apoyo expreso de Mariano Rajoy y ella misma ha garantizado a sus compañeros la honradez de su comportamiento. En principio, tiene a su favor el amparo político de su partido y su propia determinación de continuar al frente del ministerio de Sanidad. Irse _debe pensar_ es tanto como reconocer algún tipo de culpabilidad o desmán derivado o asociado a su condición de exmujer de Jesús Sepúlveda, implicado en la escabrosa trama Gürtel.

Desde que Ana Mato tomó la decisión de continuar en el Gobierno, la ministra ha optado por el mayor de los silencios, por la no presencia, por la incomparecencia permanente. No se puede ser ministro/a y vivir pertrechada en el silencio, huyendo de la prensa, que es el primer paso para huir de la realidad.

En este afán de invisibilidad, los escoltas de la ministra para preservar su invisibilidad, se afanan de tal manera que una periodista resultó con la muñeca rota. Ni que decir que la lesión no fue realizada a propósito ni que tan lamentable hecho no haya causado un profundo disgusto a la ministra a la que le faltó tiempo para mostrar sus disculpas a nuestra compañera. Ana Mato es una persona educada y lo ocurrido le habrá dolido tanto como a Soledad Arroyo su muñeca.

Pero no se trata de eso. Ocurre que la ministra ha entrado de lleno en una pendiente de escapismo y silencio que además de resultar muy cansino para ella mismo es, sobre todo, un comportamiento difícil de mantener. La política, a quien la ejerce, depara muchos malos ratos, pero ocultarse cuando esto ocurre, solo da pie a la sospecha, los rumores y sobre todo a la irritación ciudadana. La pendiente tomada por Ana Mato le está desgastando más que cualquier decisión de su ministerio.

Tarde o temprano y ojalá sea cuanto antes, por su bien y por el del Gobierno, Ana Mato debiera reflexionar sobre su propia posición. El silencio, el pretender ser invisible es un comportamiento que se acerca mucho a la de un adolescente y Ana Mato, que conserva un cierto look adolescente, ya no lo es. Si ha decidido permanecer en el Ejecutivo _Rajoy no la va a mover_ debe estar con todas las consecuencias, asumiendo todas sus derivadas y una de ellas es no caer en esta especie de juego de escondites y silencios que además de resultar casi infantiles no se ajustan a la normalidad democrática.

No es anormal que los periodistas pregunten y no deja de ser un reclamo que el personaje en cuestión se esconda y Ana Mato debe asumir que hay comportamientos, manías o miedos incompatibles con el ejercicio de la política. Si además formas parte de un Gobierno y eres titular, nada menos, que del ministerio de Sanidad, forma parte de la agenda el cortar cuanto antes la pendiente por la que Ana Mato se está deslizando más allá de lo razonable y aceptable.

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