MADRID, 16 (OTR/PRESS)
En febrero de hace ya trece años su cuerpo quedó hecho una bola. Se convirtió en una masa informe. El destrozo fue absoluto ,incluido su pelo canoso chamuscado por la bomba que le esperaba a la salida de su casa cuando se dirigía al Parlamento. Así, con un coche bomba ETA asesinó al socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Díez. Con este mismo método y otros diferentes _ametrallamientos, secuestro seguido de tiro en la nuca, etc.._ la organización terrorista se ha llevado por delante más de 800 personas.
Hace unos días, el etarra Txeroki pedia «disculpas» por las víctimas ajenas al conflicto, es decir por los que pasaban por ahí cuando ETA asesinó a implicados o responsables del «conflicto político» . Para estos, para Buesa, Casas, Ordoñez, Blanco y muchos otros ni disculpas ni nada. Eran el «conflicto».
Ahora, esa izquierda abertzale que, cuando menos, calló, nos dice por boca de Laura Mintegui, portavoz de Bildu en el Parlamento vasco y refiriéndose en concreto al asesinato del socialista alavés que fue «una muerte por causa política» que podía haber sido «evitable» mediante el «diálogo». El nacionalista Eguibar estuvo atinado: «muerte es muerte y asesinato es asesinato».
Esto ocurrió en el Parlamento vasco en la sesión del jueves en donde además se debatió sobre la doctrina Parot y se pretendía poner en marcha la denominada «ponencia de paz y convivencia» a la que tanto UPyD como el PP no tenían previsto asistir mientras Bildu no condenara a ETA. Los avalistas de la iniciativa son el PNV y el PSE y Bildu se ha sumado con entusiasmo en la medida que creen que todo lo que sea hablar de paz y convivencia puede significar diluir responsabilidades para concluir que todos tenemos culpa de los asesinatos de ETA.
El debate sobre el concepto de «presos políticos» fue encendido pero nos equivocaríamos si atribuyéramos las palabras de Mintegui al fragor del debate. Lo que dijo Laura Mintegui es lo que está interiorizado en la izquierda abertzale: hay un conflicto político y las muertes, que no asesinatos, se deben a causas políticas. Así las cosas Buesa «murió» por ser socialista y Gregorio Ordoñez «murió» _según Mintegui nadie les mató_ por ser del PP. Ambos, juntos con otros, eran el conflicto porque no reconocían los derechos del pueblo vasco y además no había «diálogo».
Ante la corrupción, los pactos inexplicables, los abusos de todo orden, la sociedad española, y con toda razón, está indignada y pide justicia y responsabilidades y dimisiones. Ni un solo ciudadano español estaría por algo distinto que no fuera la acción de la justicia, por la asunción de responsabilidades políticas y nadie entendería que los políticos limpios y honrados, que son la mayoría, mostraran la menor debilidad ante los comportamientos indignos. Si esto es así ¿Por qué tanta preocupación, tanto esfuerzo por la convivencia en el País Vasco que es tanto como decir que hay que hacer esfuerzos para una reconciliación entre dos bandos inexistentes?.
Si en algún lugar de España se ha convivido ha sido precisamente en el Pais Vasco en donde víctimas y verdugos han llegado a vivir en el mismo edificio; en donde nadie se ha tomado la justicia por su mano y en donde quienes han alentado a ETA hoy tienen cargos oficiales. ¿Cabe mayor convivencia?. ¿Qué diálogo quiere Mintegui?.
Que nadie se equivoque. La izquierda abertzale de hoy es la de siempre. Lo de Mintegui no fue un lapsus, es una convicción. Que nadie espere que ETA se disuelva, que nadie espere que Bildu o Sortu condenen la acción terrorista de ETA. Que nadie espere más de lo que ya se ha visto y oído. Quienes piden que el Gobierno dé pasos para «ayudar a que ETA deje las armas» ¿Qué opinarían si otros pidieran que, por ejemplo, el Congreso creara una comisión para «escuchar» a los corruptos?. Sería un error histórico conceder a quienes no condenan a ETA una honorabilidad que no se merecen. Mi admirado Gregorio Ordóñez, mi amigo Fernando Buesa no murieron. Les asesinaron vilmente aunque Laura Mintegui quiera hacer creer lo contrario.