Charo Zarzalejos – Pendientes de los jueces.


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Nos tendremos que llenar de paciencia porque la Justicia tiene sus tiempos pero si hay algo cierto es que cuando la Justicia comienza a andar no deja de hacerlo hasta el final. Su paso es paquidérmico pero no admite la marcha atrás y esto nos debe conducir a mantener la esperanza de que los grandes asuntos que escandalizan a los ciudadanos como es el caso Bárcenas o el reavivado asunto de los ERES queden clarificados y aclarados hasta donde la justicia pueda hacerlo. La verdad no cabe esperarla de la política, pero si de la justicia.

Estamos pendientes de los jueces no solo por la envergadura de los asuntos que tienen entre manos sino por algunos hechos que provocan desconcierto y una pizca de vergüenza. Me refiero a la pugna entre los jueces Gómez Bermúdez y Ruz enzarzados por un asunto de competencia.

El juez Ruz inició la investigación de los papeles de Bárcenas el 24 de Enero y Bermúdez, el 28 de febrero. Este es un dato objetivo, pero la judicatura y sus procedimientos y plazos y condiciones, sus flecos y sus posibles interpretaciones son difíciles de entender por el común de los mortales que lo que si ven con claridad y estupor es como dos jueces se introducen en una especie de pelea en la que si no fuera porque el asunto es serio y ellos representan a un Poder del Estado, podría pensarse que estamos ante dos adolescentes vanidosos y engreídos. Estupor ante lo que se esta viendo y un cierto enfado generalizado porque a día de hoy nadie pone orden en una cuestión que ya debería estar resuelta. Tomar decisiones a tiempo es la mejor garantía de no encontrarnos con sorpresas posteriores que pudieran poner en peligro el logro de la verdad y sus consecuencias. Podría bastar un error de procedimiento para que todo se fuera al traste.

Mientras en Madrid Gómez Bermúdez cruza de acera para no encontrarse con su compañero Ruz -que tendrá que ver la competencia con la cortesía, pregunto-, en Sevilla la jueza Alaya ha vuelto por sus fueros. Después de unos meses de baja en los que no ha dejado de estudiar el más que vergonzoso asunto de los ERES, ha vuelto a enviar a la cárcel al exdirector de Trabajo de la Junta y ha ordenado la detención de, nada menos, 22 personas que presuntamente se lucraban a base de comisiones con dinero destinado a los parados.

Se bien que el asunto de los ERES y el asunto Bárcenas son de naturaleza bien distinta pero el sustrato ultimo es el mismo que no es otro que la ausencia de límites éticos y morales a la hora de sentarse en una butaca que no pertenece al salón de casa. De Bárcenas y de los ERES hablaremos durante mucho tiempo y aunque Ramón Jáuregui, que es un socialista serio, pueda ver oportunismo me pregunto si, por ejemplo, Griñán, tenía menos obligación de enterarse de lo que pasaba en su Gobierno que Rajoy de estar al tanto de lo que ocurría en Génova. Ustedes mismos.

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