Carlos Carnicero – Caballo ganador o refundación del PSOE.


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

He hablado con distintos militantes cualificados del PSOE en los últimos días; muchos nervios con la tozudez de las encuestas y con la falta de visibilidad del PSOE como alternativa. La receta de que el tiempo lo cura todo se pone en cuestión. Alfredo Pérez Rubalcaba lleva su pasado inmediato impreso en la frente. No tiene crédito para ejercer con eficacia el liderazgo de la oposición. Se le ve a él y se le recuerda en compañía de Zapatero. Un estigma imposible de borrar.

Pero quizá esto, con ser grave, no es lo peor que le pasa al PSOE. El problema es que el PSOE ha dejado de ser un partido con decisión para conectar y liderar a la sociedad. Ahora solo aspira a tener condiciones para volver a ocupar el poder.

Desde hace muchos años el PSOE no es un partido de masas en la acepción técnica del concepto. Su vocación es el poder y no la sociedad. Sus militantes no tienen mecanismos de participación y liderazgo social al margen de la presencia de sus representantes en las instituciones. Su desconexión con la calle ha propiciado un aggiornamiento sin revisar radicalmente su tecnología política, su organización, su proyecto y su programa. Un partido de izquierda, tiene, por definición, que organizar, propiciar e impulsar el trabajo político de sus militantes en la sociedad.

Si se convierte en una mera maquinaria de propaganda y de asalto al poder con la labor mediática de sus cuadros, se convierte en un partido de cuadros, característica típica de los partidos conservadores. Cada militante tiene que tener asignado un trabajo político en la sociedad en función de su dedicación profesional y sus capacidades.

El proyecto del PSOE está caduco. Ahora propicia muchas cosas que no fue capaz de ejecutar en ocho años en el Gobierno. La trampa de la socialdemocracia ha sido jugar en el terreno de juego del capitalismo. Descalzos en el fango contra un neoliberalismo acomodado con botas de clavos. Cesiones para conquistar la adhesión de una clase media que se está destruyendo precisamente por no haber impulsado medidas de transformación socioeconómica de la sociedad. Demasiada preocupación por conseguir la comprensión de los poderosos.

El PSOE no tiene mucha gente que confíe en él porque sus respuestas carecen de una radicalidad transformadora.

El liderazgo es importante si hay un proyecto consolidado claro y una militancia organizada. Los bueyes han sido útiles en la agricultura. Si no tienen los arreos adecuados y la asignación clara de objetivos de cultivo no sirven más que para el consumo humano.

El PSOE se ha acostumbrado a buscar un caballo ganador, en acepción también establecida por José Luis Rodríguez Zapatero. Si hay un líder potencial pero no hay proyecto ni organización conjuntada y eficaz, el caballo ganador no podrá ganar la carrera. Se llame Madina, Patxi López o el más brillante de los caballos de carreras.

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