Charo Zarzalejos – Reaparición lenta y conveniente.


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

Un cámara de TVE y un fotógrafo de la Agencia EFE serán los únicos testigos de la «reparación» del Rey. Mañana lunes, el Jefe del Estado entregará, junto con la Reina, el premio Cervantes 2012 al escritor José Manuel Caballero Bonald. Le recibirá de pie pero no le veremos andar. El martes tiene previsto recibir al primer ministro de Eslovaquia. Ambos son actos sencillos porque la «reaparición» va a ser medida, muy medida, y bajo estricto control médico. Las alegrías de anteriores convalecencias se ha acabado, pero el Rey quiere que se le vea.

No han pasado dos meses de su última cirugía y según se indica en Zarzuela, la recuperación «marcha muy bien» y en esta ocasión, el Rey, ya libre de dolores, está demostrando una enorme disciplina consigo mismo. Cuatro horas de recuperación al día exige voluntad, fortaleza de ánimo y muchas ganas de verse bien.

La «reaparición» del Rey será, debe serlo, lenta pero es más que conveniente que un cierto aire de normalidad se vaya instalando en la mas alta magistratura del Estado. A nadie se le escapa que esta normalidad tiene mucho de «profesión», que por el hecho de que el Rey reaparezca todo vuelve a ser como si nada hubiera ocurrido y es precisamente por ello, porque han ocurrido muchas cosas, todas ellas desgraciadas, salvo el buen hacer del Príncipe Felipe, es bueno que Don Juan Carlos «reaparezca».

Es seguro que, de nuevo, surgirá el debate sobre la conveniencia o no de su abdicación. Hay quienes mantienen esta segunda posición con argumentos más que razonables y constructivos y otros, por el contrario, porque puestos a hacer ruido creen que con cuanto más ruido, mejor.

El Rey, mejor que nadie, es consciente de lo que unos y otros alegan pero a estas alturas ya tiene claro cual es su deber «en estos momentos» en lo que a una eventual abdicación se refiere. Todo indica que ha llegado a la conclusión que su deber no es otro que continuar al frente de la Corona. Personalmente, y sabiendo que hay mucha gente que tiene opinión contraria, me parece una buena decisión para la Institución y para España. No está nuestro país para más sobresaltos, sobre todo cuando no está escrito en ningún sitio que si mañana el heredero se convirtiera en Rey tendría una bula especial.

Hace unos días fue el líder de la Oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando preguntado sobre la abdicación, dijo algo muy acertado: hay que dejar que el Rey tome sus decisiones porque siempre ha sabido tomarlas. Creo que es lo mejor que se puede hacer por el bien de todos. Que el Rey tome, con tranquilidad, sus decisiones. El y sólo él maneja claves que los demás ignoramos y es en función de esas claves en las que ha decidido que ahora no toca y el Príncipe Felipe lo sabe y además, está de acuerdo.

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