A vueltas con España – Así no se sale de la crisis.


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

El Gobierno acaba de anunciar nuevas medidas de ajuste del gasto público, acompañadas de subidas de impuestos; es decir, más de lo mismo que se viene haciendo en los últimos años, tanto en la recta final del Gobierno de Zapatero como durante todo el mandato de Rajoy. El objetivo es cuadrar las cuentas del Estado, para poder devolver y/o renovar la deuda y pagar año tras año miles de millones de euros en intereses: del orden de los 40.000 millones solo desde el sector público. ¿Se sale así de la crisis? No. Así se acentuará la devaluación interna.

La crisis tiene su origen en dos burbujas -la de crédito y la inmobiliaria- que, al explotar, dejaron millones de familias y empresas sobreendeudadas. Y tanta asfixia frenó las inversiones y paralizó el país, que expulsó al paro a millones de personas.

España tiene un problema de actividad: produce poco y no suficientemente bien. El debate, por tanto, tendría que estar centrado en cómo producir más y mejor, aunque solo fuera para rellenar el inmenso hueco que dejó la caída de la construcción.

Imaginemos que todo lo que hace el Gobierno está bien y es razonable por razones macroeconómicas, para cuadrar los ingresos y gastos del Estado, siguiendo los arbitrarios criterios impuestos por Bruselas, léase mejor Berlín. Ya es mucho imaginar, pero supongamos que todo eso está bien. Incluso en ese supuesto, el problema seguiría estando ahí: el país no produce ni vende todo lo necesario para dar trabajo a su gente, de ahí que el propio Gobierno admita que acabará la legislatura con más paro que al inicio.

Producir más y mejor sería la solución al paro y a los bajos ingresos públicos en un país con déficit fiscal primario, es decir, con déficit ya antes de pagar los intereses de la deuda, lo que implica que el Gobierno de Rajoy gasta más de lo que ingresa. Pero producir más y mejor es algo que se dice pronto pero que requiere tiempo, inteligencia y recursos públicos y privados. No nos engañemos: todavía no estamos en esa fase y la prueba más evidente es que el Gobierno logra adaptarse al escenario de flexibilización del objetivo de déficit público, pero no adopta decisiones que frenen el cierre de empresas, que es lo que mantiene el desempleo por encima del 25% de la población activa. Cuesta creer que en un escenario así no haya un gran pacto de Estado.

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