El abanico – Los Reyes del siglo XXI buscan su lugar.


MADRID, 02 (OTR/PRESS)

La coronación de Guillermo Alejandro de Orange abre un tiempo nuevo lleno de claro oscuros, que exige dotar de contenido una Institución con la que muchos ciudadanos no están de acuerdo, pero que la mayoría considera de utilidad por su papel moderador, al menos en lo que respecta a España. Un dato que deberían tener en cuenta la denominada «generación del relevo», integrada por los príncipes Carlos de Inglaterra, Victoria de Suecia, Felipe de Borbón, Federico de Dinamarca, Haakon de Noruega, Alberto de Bélgica, Alois de Liechtenstein, Alberto de Mónaco, y Guillermo de Luxemburgo, no sólo porque todos ellos se encuentran en expectativa de destino lo que les permite analizar el futuro con cierta tranquilidad, pese a la época convulsa que les ha tocado vivir, motivada por las altas cifras de paro y una crisis económica- financiera que en Europa amenaza con llevarse por delante a políticos, sindicatos e instituciones que, como la monarquía, necesitan de un buen lavado de imagen, y una mayor transparencia en todo lo relacionado con el dinero público que reciben vía presupuestos del Estado.

Tener un lugar en la historia requiere mucho esfuerzo, dedicación, trabajo, imaginación y sensibilidad, especialmente con los más más jóvenes, muchos de los cuales se ven obligados a abandonar su país en busca de un trabajo que les permita vivir decentemente. Una situación que les obliga a ser críticos con todo lo que tenga que ver con la cosa pública, con el dispendio y el boato. Sin olvidar tampoco a quienes hicieron posible «la primavera española de la transición», que a día de hoy son los grandes damnificados, porque habiendo pasado los 60 aún no saben qué futuro les deparan los recortes y la demolición del Estado del Bienestar, después de años de duro trabajo.

Pero no es sólo la crisis el mayor problema al que tienen que enfrentarse los futuros Reyes europeos, siendo este un gran reto, también lo es el manejo de las nuevas tecnologías en beneficio propio. Me explico: tan mala es la exhibición continua como no aparecer cuando la situación así lo demanda. Echo de menos, una entrevista en horario estelar con los Príncipes de Asturias, en la que los directores de los grandes medios de comunicación les puedan preguntar por todo y de todo, sin censuras, a calzón quitado, lo que reforzaría la imagen de la pareja, y nos permitiría a los ciudadanos conocer de primera mano qué piensa el heredero de los problemas que aquejan a nuestro país, que son muchos y demandan rapidez en la respuesta.

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