MADRID, 7 (OTR/PRESS)
A menudo para representar las incongruencias que nos rodean no hay mejor cosa que poner un espejo delante hasta vernos las vergüenzas, eso es lo que ha hecho José Antonio Piñero, periodista gaditano, que en su modesto blog de Internet le ha atizado un ¡zas! a la clase política con mucho estilo y no exento de verdad. Periodismo es contar lo que pasa sin ataduras y de manera comprometida porque este noble oficio, vapuleado en mil tertulias-espectáculo, ha olvidado sus raíces que son mirar, investigar, contrastar y luego emitir a la comunidad para la que sirve.
El paro sube y Piñero se ha ido a la agenda del Congreso de los Diputados para ver su actividad la semana pasada y comprueba, ¡caramba sorpresa!, que sus señorías se cogieron un puente como el que hacían los romanos: sólido, largo, ancho y resistente a las inclemencias. La actividad parlamentaria de la semana del puente en el año en el que prometieron acabar con los puentes fue bastante rácana. La crisis avanza pero nuestros representantes públicos se lo toman con la parsimonia con la que hizo la entrada la «jequeresa» de Qatar en la coronación de Guillermo de Holanda. El discurso oficial es que están preocupados por la crisis y que trabajan incansablemente en ella pero lo que nos dice la agenda del Congreso es que durante esos días estuvimos dejados de la mano de Dios.
Se pregunta Piñero, periodista, si acaso el resto de España se congela cuando hay dos festivos encadenados (el 2 de mayo también fue fiesta en la Comunidad de Madrid), y llega a la conclusión de que todo el mundo hace guardias empezando por las farmacias hasta acabar en el último camillero de un hospital. Todos menos sus señorías que arrancaron mayo de la mejor manera posible: en posición horizontal de portada de catálogo de hamacas. Y no se marcharon los leones a ver actuar a Isabel Pantoja a Benidorm porque están muy mayores y en RENFE no hay tarifas de bronce para monumentos viajeros.
Hubiera sido curioso cruzar la agenda del Congreso con la de La Moncloa para comprobar la inactividad oficial de nuestros apreciados dirigentes políticos. O llamar el viernes 3 de mayo al Ministerio de Trabajo preguntando por Fátima Báñez.
El discurso oficial ya lo conocemos: trabajan por reducir el desempleo, proponen medidas fiscales, elaboran planes y proyectos, se reúnen hasta la extenuación. Perfecto, así dicen, pero lo que Piñero ha descubierto es que cuando hay puente puedes aparcar el coche en la puerta del Congreso porque la acera está vacía. Luego viene la encuesta del CIS y se extrañan de lo que piensan los ciudadanos de ellos.