De todos los detalles, el que más me ha desconcertado es el del hijo. No el que tuvo Amanda Marie Berry durante sus diez años de secuestro y con el que apareció en brazos, cuando un vecino alertado por sus gritos derribó la puerta de la casa, sino el del facineroso que fue su verdugo y carcelero desde el anochecer del 21 de abril de 2003 en que la muchacha desapareció tras finalizar su turno en el Burger King.
Ariel Castro, el conductor de autobús que un año antes había secuestrado a Michelle Knigh y un año después haría lo mismo con la todavía adolescente Gina DeJesús, tenía en aquella época un hijo varón de 24 años que estudiaba periodismo.
Y ese chaval, que ahora firma como Anthony, colaboraba en uno de esos entusiastas periódicos comunitarios que tanto abundan en EEUU, decidió hacer un reportaje.
No sobre el tráfico en los suburbios o los torneos femeninos de fútbol, sino sobre lo que tenía conmocionado al vecindario mayoritariamente hispano de la zona: la misteriosa desaparición de varias chicas.
El artículo, publicado en junio de 2004 en el mensual ‘Cleveland Plain Press’ comenzaba explicando que desde hacía exactamente dos meses, cuando se había visto por última vez a la pequeña Gina caminando hacia su casa, las familias vivían con el alma en vilo, como relataba emocionada Nancy Ruiz.
Nancy es la madre de Gina y lo último que podía imaginar es que su entrevistador era hijo del malvado que tenía secuestrada a su hija a escasos metros de distancia.
Cuando ayer le preguntaron, Anthony sólo acertó a musitar que se sentía abrumado y que nunca pudo imaginar que su padre, con la complicidad de sus dos tíos, tuviera cautivas a tres chicas.
La Policía, que todavía no tiene claro qué conjura permitió a los tres perversos hermanos mantener durante un década ocultas sus fechorías, ni cómo nadie se dio cuenta de lo que ocurría en el hogar de los Castro, parece convencida de que Anthony tampoco supo nunca nada.
Vale, pero estarán de acuerdo conmigo en que al joven no le llamó Dios por el camino del periodismo. Le falta olfato.