Antonio Casado – Buena suerte, Basagoiti


El hasta ahora presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha decidido poner tierra por medio en su carrera política. La deja pero sin acritud, incluso declarando que le da algo de pena irse sin tener la ocasión de seguir apoyando de cerca al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Y lo dice justo en estos momentos, cuando algunos de los barones regionales ponen en duda su autoridad en relación con el polémico debate sobre el reparto de sacrificios en nombre de la consolidación fiscal.

Algo de pedagogía hay en sus explicaciones de la espantada. Dice que lo deja antes de profesionalizarse en la política. Claro que eso tiene una doble lectura, la buena y la mala. La mala nos remite a los políticos que se profesionalizan para apoltronarse en el despacho y el coche oficial. La buena nos hace echar de menos a los políticos que se toman el oficio como una forma de hacer algo por su país y servir a los demás.

Antonio Basagoiti (Madrid, 1969) pertenece al segundo grupo y quizás por eso es de los que en un momento dado deciden no dejarse secuestrar como personas por la política. Antes de que ocurra. En cuanto al pasado, el trozo de su biografía que deja atrás en ese zurrado rincón de España que es el País Vasco, la verdad es que este hombre ha hecho cosas que merecen el aplauso de su partido y, en general, de los ciudadanos. Muy especialmente, los del País Vasco.

A mi juicio, hay tres hitos o tres aspectos de su biografía que le hacen acreedor a otras tantas medallas al mérito: La primera es de orden interno. Hizo posible un cambio apacible en el PP vasco a raíz de la tensión a la que fue sometido este partido con el órdago de Maria San Gil en vísperas del congreso nacional de 2008, por diferencias de criterio con Mariano Rajoy, que acababa de perder las elecciones generales de ese año. El inesperado vacío de poder fue cubierto por Basagoiti, que tenía una visión más moderada de cómo afrontar el drama de Euskadi. Así la marcha de San Gil quedó superada sin traumas para su partido.

La segunda es el apoyo prestado al adversario natural del PP a escala nacional. Hablamos del PSOE. Por una buena causa, que era la remada común contra el terrorismo y la elaboración de discursos alternativos al del nacionalismo vasco. En esas condiciones a Basagoiti no le creó ningún problema ofrecer su apoyo a los socialistas vascos, liderados por Patxi López, para que gobernaran el País Vasco en la legislatura 2009-2012 sin someterse a las pretensiones políticas del nacionalismo en su doble versión.

La tercera también es de orden interno pero con moraleja incluida. Fue uno de los pocos dirigentes del PP que pidió a Rajoy mano dura con los corruptos y habló de Bárcenas como una manzana podrida que había que sacar del cesto. Algunos dirigentes no estuvieron muy de acuerdo con esa posición pública del dirigente vasco pero éste hizo lo que debía. Por todo ello ahora puede irse con la conciencia tranquila a trabajar en un banco o donde le de la gana.

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