MADRID, 18 (OTR/PRESS)
La recesión continúa en Europa y las bolsas parecen mirar para otro lado. El IBEX ganó en la semana un 0,4 por ciento y supera el 5 por ciento en lo que va de año. No es precisamente de las mejores, pero va manteniendo el tipo. Las montañas de dinero que algunos bancos centrales han sacado al mercado sin duda animan, aunque no a todos por igual. En España, la rentabilidad del bono a 10 años y la prima de riesgo están contenidas en la barrera de los 300 puntos y del 4,2 por ciento y no acaban de bajar de esos ratios, a pesar de que muy pocos ya dudan de que la confianza en España es un hecho y que los japoneses y no la banca española están entrando en masa en el mercado español de deuda.
Algunas cifras, como el superávit comercial histórico logrado en marzo, el equilibrio de las cuentas de la mayoría de las Comunidades Autónomas o la bajada de la inflación son buenos presagios, aunque no lleguen de momento a la piel de los ciudadanos, muy preocupados aún por el paro y las dificultades para hacer frente a sus gastos.
En los próximos meses asistiremos a la presentación de varias reformas del gobierno, el viernes fue la de la Educación, que empiecen a producir en este país y fuera la certeza de que se están atacando con decisión los problemas. La financiación de las Administraciones Públicas, la ley de Emprendedores, facilidades a las empresas para contratar y la reducción de la grasa que suponen duplicidades, organismos, empresas públicas y demás gastos perfectamente prescindibles en un contexto como el actual van a llegar en breve. Hay que seguir procurando la bajada de la prima de riesgo para que el dinero ahorrado en pago de intereses pueda ir a la generación de inversión y empleo. Y después, por supuesto, a la bajada del esfuerzo fiscal, que ahoga a familias y empresas.