Francisco Muro de Iscar – La hipocresía del aborto.


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Es difícil un debate sosegado sobre el aborto. Yo preferiría un debate sobre la vida, sobre la protección de la vida, sobre la garantía de que un concebido pueda nacer, de que una mujer no se vea obligada a abortar por razones económicas o sociales, que cuente con las ayudas necesarias para protegerla a ella y a su hijo. Me cuesta reducir el debate a un derecho excluyente, el de la mujer a no tener ese hijo, mientras se ignora el derecho a nacer del concebido, que protege nuestra Constitución, que es un derecho natural, el primero, el más importante.

Decía hace años José Antonio Marina, que no es precisamente ni un obispo ni un cavernícola, que «desde todas las posiciones políticas deberíamos hacer la inequívoca afirmación de que reducir el número de abortos es un objetivo social prioritario» y reclamaba la puesta en marcha «consensuada de un Plan Nacional de Prevención que articule medidas educativas, sociales, económicas, de apoyo a las mujeres, de responsabilización de los hombres, de búsqueda de alternativas. Un plan así nos dignificaría a todos». Eso no se la ocurrido ni al PSOE cuando gobernaba ni al PP cuando plantea el cambio legislativo. El número de abortos ha crecido implacablemente en España. Ni la libertad para abortar ni la educación sexual ni la responsabilidad personal han servido para detener ese terrible crimen. Millones de niños han muerto antes de nacer. Habría que pedir responsabilidades a los políticos que no han conseguido que la educación fuera una barrera contra el aborto o que han permitido que éste sea en muchas ocasiones un simple método anticonceptivo. ¿Se podían haber hecho otras cosas para evitar algo en lo que la mujer es siempre la víctima, pero hay otras víctimas que no tienen ni siquiera la oportunidad de defenderse? No tengo ninguna duda.

Es posible que el cambio de la Ley del Aborto sea la única promesa del programa electoral que el Partido Popular esté dispuesto a cumplir. Esa medida estaba en su Programa, que fue el que obtuvo el respaldo mayoritario de los españoles. El PSOE que, en su última etapa, amplió la ley del aborto de forma innecesaria para reducir aún más la protección y el derecho a la vida del no nacido ni lo llevaba en su programa electoral ni buscó el consenso en un asunto que divide tanto a los españoles. Lo hizo con premeditación y alevosía sabiendo que no era una demanda social mayoritaria. Ahora se escandaliza y mueve todos sus resortes porque el PP quiere volver a lo que aprobó en su día el Tribunal Constitucional.

La banalización del aborto, la trivialización de un asunto tan esencial para la conciencia, la desprotección de los derechos de los no nacidos, la condena a los discapacitados a no nacer -algo terrible- nos debe hacer reflexionar. Hay un video en el que 51 personas defienden el derecho a decidir de la mujer. Hay otros muchos de los niños que no llegaron a ser. Pero este video ofende muchas sensibilidades. No es un problema religioso, es una cuestión de estar a favor de la vida o de la muerte.

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