MADRID, 27 (OTR/PRESS)
Nunca fue fácil la convivencia entre los dirigentes del ámbito político madrileño. Ni por la izquierda ni por la derecha. Desde los tiempos de Besteiro hasta los de Tomás Gómez, pasando por los de Joaquín Leguina-José Acosta, la FSM siempre fue un avispero. Al otro lado de la barricada, de más reciente recorrido (el PP se fundó-refundó en 1990), también son clásicos la disputa Gallardón-Aguirre, o la más camuflada Granados-González, con tendencia a diluirse y dar paso a otras.
Hoy por hoy, el Madrid socialista liderado por Tomás Gómez es un cabo suelto en la estrategia del secretario general del PSOE, Pérez Rubalcaba. Y en cuanto al presidente del Gobierno, y del PP, Mariano Rajoy, se le está abriendo un nuevo frente de conflictos a escala regional. Hablo del cada vez menos disimulado enfrentamiento entre la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. Es la comidilla de los corrillos políticos y mediáticos más familiarizados con las fuentes del partido en el poder.
Se han disparado las conjeturas sobre una eventual candidatura de Cifuentes a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales a raíz de una reciente conferencia de ésta (Desayunos de Europa Press), donde la presentadora, la número dos del PP, Dolores de Cospedal, hizo grandes elogios de la conferenciante y de la responsabilidad con la que viene ejerciendo las tareas de delegada del Gobierno. Y esta colenda: «Las grandes carreras políticas se forjan en el ejercicio de la responsabilidad».
La frase de marras se interpretó como la confirmación de que en Génova ya se está pensando en Cifuentes como recambio de Ana Botella, cuya imagen ha sufrido un serio desgaste por el escándalo del Madrid-Arena. La delegada ya ha dicho públicamente, por activa y por pasiva, que no tiene la intención de ser candidata a nada y que su única aspiración es terminar la Legislatura como delegada del Gobierno. Es decir, en fecha posterior a las elecciones municipales.
Da lo mismo. El run run no ha disminuido. Al revés. Ha vuelto a arreciar con la reciente declaración ante el juez instructor del caso Madrid Arena de la que entonces era delegada de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento, Fátima Núñez. En esa declaración judicial, la concejala, cercana a la alcaldesa, ha venido a decir que la culpa de la tragedia de la noche de Halloween la tuvo la Policía Nacional por no haber resulto el problema de orden publico que se creó.
La acusación ha creado un profundo malestar en el Cuerpo Nacional de Policía, en cuyo repertorio legal de competencias no hay nada que, a priori, antes de ocurrir lo que ocurrió, le obligase a estar en una fiesta privada que se celebraba en un local de titularidad municipal. Sin embargo, insisto, el episodio se ha vuelto a interpretar como un capítulo más de esta incipiente rivalidad política entre la señora de Aznar y quien ejerce como brazo policial del Gobierno de la Nación en Madrid.