MADRID, 15 (OTR/PRESS)
La bolsa española ya marca pérdidas en lo que va de año. El IBEX ha encadenado dos semanas de caída y aunque ha salvado los 8.000 puntos, la caída anual supera el 1 por ciento. Siempre hay una razón. Ahora dicen los expertos que los mercados están nerviosos por las dudas sobre la continuidad de los programas de expansión monetaria de Estados Unidos y Japón. No hay un rumbo y la bolsa española lógicamente no es ajena a estos nervios.
Los mercados anticipan lo malo y lo bueno. Así que habrá que esperar y ver si adelanta y acompaña al Indice Sintético de Actividad trimestral cuyos resultados se han conocido esta semana y que aseguran que la recuperación de la economía española está en marcha. El índice aglutina numerosos indicadores de actividad y consumo y el resultado es que en el último trimestre del año el PIB dejaría de caer, aunque la subida, claro, no sería extraordinaria. Reflejaría que hemos tocado suelo y quizá también que ya no nos arrastraremos más por el fango.
Hay, sin embargo, en el horizonte algunos problemas aún. El déficit de las Administraciones Públicas hay que seguirlo más de cerca. Esperamos los resultados de esa ley en marcha que cambia muchas formas de hacer las cosas en la Administración, el nuevo pago a proveedores, la Ley de Emprendedores, con algunas carencias, pero positiva en conjunto. Después está el compromiso de pagar las facturas en un tiempo bastante menor que el actual y la necesidad de que fluya el crédito. Aquí la banca nacionalizada tendrá que dar el do de pecho junto con el ICO y sin intermediarios. Sería la cuadratura del círculo de la economía, el fin de la crisis y el comienzo de la esperanza. Veremos.
