El abanico – Madrid opta por el turismo sanitario


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

Si el Tribunal Constitucional no lo remedia la externalización (privatización) de seis hospitales públicos y 27 centros de Salud de la Comunidad de Madrid, es irreversible. Una vez que ya se sabe quiénes son las tres empresas que han concursado para gestionar un bien que no es patrimonio del partido en el Gobierno, en este caso del PP, y sí de los ciudadanos madrileños, a los que nadie ha consultado ni a los que se ha tenido en cuenta a la hora de llevar a cabo una decisión de tan profundo calado social.

Una decisión partidista que pone patas arriba nuestro sistema público de Salud. Una de las pocas joyas de la corona que quedan en pié, y que corre el riesgo de desaparecer por ese afán privatizador que tienen algunos políticos liberales, entre los que destaca el Consejero de la Comunidad señor Lasquetty, que no contento con tomar una medida tan controvertida como innecesaria, se permite el lujo de amenazar a los lideres.

De la oposición, entre otros a Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños, cuestionan una decisión de ese calibre sin consensuarla con el resto de las fuerzas políticas de la Comunidad, y no digamos ya, sin tener en cuenta las muchas propuestas que le hicieron llegar de los distintos sectores de la salud pública.

Nada tengo contra la sanidad privada, con lo que no lo estoy de acuerdo es que un sistema que hemos pagado entre todos, después de años de cotización a la Seguridad Social, pase a manos privadas, que por lo que parece son los únicos que saben como gestionar los hospitales. Cuando todos sabemos que muchos de los que dirigen Ribera Salud y Sanitas son gente que se formaron en las Administraciones Públicas, de manera que si esa es la razón única para entregarles uno de los grandes pilares del estado de bienestar, mal andamos.

Y si de lo que se trataba era de ahorrar, que ahorren, que estoy segura que hay partidas de las que se puede recortar sin que eso suponga menos servicios, menos pruebas, menos personal, y menos tratamientos, que es lo que van a hacer por más que intenten vendernos la privatización como un bien necesario.

Impedir la atención a los sin papeles para a cambio implantar el turismo sanitario, es un sarcasmo, quizá porque soy incrédula y no creo en los milagros ni en la magia, y si en la tozudez de los números.

Los hospitales no son un chicle que se pueda estirar a gusto del consumidor, los hospitales tienen X camas, X quirófanos, X cirujanos, si esas camas y esos quirófanos los van a utilizar los ricachones de otros países, las listas de espera aumentaran considerablemente, y al final los grandes perjudicados serán los de siempre, la gente humilde, los trabajadores, que no pueden pagarse la atención privada ¿o no?.

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