Fernando Jáuregui – …ya solo nos queda París (y Durán)


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

Me cuentan que llegan voces europeas a la Generalitat catalana en el sentido de que consideran que el proceso secesionista es, llana, pura y simplemente, una locura. De manera especial, parece que la Francia de Hollande ha advertido con seriedad a enviados de Artur Mas de que no hallarán comprensión ante un proceso rupturista como el que el líder de Convergencia pretende acelerar de cara a la consulta del año próximo. Menudo follón tiene montado el «rey» Artur.

Sí, menudo follón. Porque no es que París, junto con Bruselas, Berlín y las estructuras europeas más sólidas se estén posicionando frente a las pretensiones de Mas; es que el partido coaligado, Unió, se resquebraja ante la presión. Josep Antoni Duran i Lleida, el eterno secretario general de UDC, anda pensando ya en por dónde tirar, mientras algunas encuestas muestran que el furor secesionista se va apagando, aunque algunos medios de comunicación financiados con dinero público -y muy influidos por Esquerra Republicana– no hayan acabado de darse cuenta. Creo que en Durán, y en algún líder carismático de Iniciativa, como Joan Herrera, está la clave: si se apartan a tiempo de la hoguera, no se quemarán, y creo que harán un inmenso favor a Cataluña. Si no…

Lo importante ahora es que el Gobierno central, que tan poco imaginativo se ha mostrado hasta el momento en el «caso catalán», y el Partido Socialista, que derrocha, en cambio, una imaginación creativa más bien desconcertante, se pongan de acuerdo para ofrecer lo que podríamos llamar el «pacto cataláunico»: un trato beneficioso a Cataluña en materia fiscal, pero, naturalmente, a cambio de contraprestaciones muy serias, como controlar el gasto público y dejarse de gestos populistas de cara a la galería. Solamente así, y contando con la colaboración de un Duran i Lleida que es parte del problema, pero también de la solución, se llegará con paz a una nueva Diada, este mes de septiembre, en la que tanto Rajoy como Mas, y todos los catalanes, van a ser puestos a prueba. Y para eso quedan solamente dos meses y medio. La cuenta atrás está en plena marcha.

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