Antonio Casado – Arola y el fisco


MADRID, 01 (OTR/PRESS)

El abrupto cierre de la bodega anexa al restaurante Gastro (barrio madrileño de Chamberí), uno de los seis únicos restaurantes de la capital de España distinguidos con dos estrellas Michelin, ha dado mucho que hablar estos días. Lógico. El chef, Sergi Arola, es una celebridad a escala nacional e internacional. Pero las celebridades, como Lionel Messi, Ana Torroja, Isabel Pantoja y otros, también tienen que retratarse fiscalmente porque todos somos iguales ante la Hacienda Pública. Al menos, en teoría. En la práctica ya es otra cosa, y por ahí van las coplas.

No entremos en la mayor o menor inflexibilidad de la Agencia Tributaria, que se ha mostrado poco receptiva a la negociación de la deuda de Sergi Arola, según el interesado. Conviene señalar el hecho de que los inspectores irrumpieron en el mencionado restaurante a la hora de comer, de modo que todos los clientes tuvieron noticia fehaciente de que el chef estaba en deuda con el Fisco. Es inevitable sospechar que se pretendía un escarmiento. Tratándose de una persona famosa, el impacto mediático tendría efectos ejemplares. Y a eso voy. Si hablamos de igualdad ante la ley, por un lado, y de voluntad ejemplarizadora, por otro, toparemos inmediatamente con el caso de los grandes evasores fiscales españoles desvelados en la famosa lista Falciani. Aunque prometió lo contrario, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no hace pública por respeto a la «privacidad» de los contribuyentes. Pero en el caso de Arola la privacidad del contribuyente quedó a los pies de los caballos. Por tanto, pongamos en duda que la Agencia Tributaria practique el principio de igualdad ante la ley.

En cuanto a la ejemplaridad, parece que afecte menos a grandes evasores que a currantes, por muy famosos que éstos sean. A riesgo de no disponer de todos los datos del problema, sabemos que Arola y su esposa funcionan en razón social como una pequeña empresa con catorce puestos de trabajo en el restaurante citado. ¿Es que la presunta ejemplaridad llega al punto de poner en peligro la continuidad de los mismos?

Arola ha protestado públicamente contra las formas de actuar de la ATE: «Así me pagan mis desvelos por la marca España». Este argumento se lo podía haber ahorrado porque viene a sugerir que quienes pasean la excelencia por el extranjero, en nombre de España, deberían disfrutar de un trato deferente. Y eso no es aceptable. Nada de privilegios. Lo cual no impide reprobar una actitud aparentemente tan poco dialogante como la que ha mostrado la ATE respecto al famoso chef. La negociación de una deuda fiscal no es un privilegio. Y menos si se tiene voluntad de pagar la deuda, como es el caso de Arola. A la Agencia Tributaria habría que decirle que para ser ejemplar hay que dar ejemplo. Me parece que aquí y ahora no está precisamente la ATE en condiciones de dar lecciones a nadie. Y estoy pensando en el fiasco de las supuestas fincas de la infanta Cristina o el silencio oficial sobre los grandes evasores fiscales.

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