Charo Zarzalejos – La oportunidad perdida del PSOE


MADRID, 04 (OTR/PRESS)

La imputación de la que fuera ministra de Fomento y consejera de Economía de la Junta de Andalucía, Magdalena Alvarez para que acuda a prestar declaración sobre el farragoso y vergonzoso asunto de los ERES, ha supuesto, desde el punto de vista político, una oportunidad perdida para el PSOE, máxime cuando con el asunto Bárcenas no se han andado con miramientos de ningún tipo para concluir, casi sin lugar a dudas, que detrás de todo está, nada menos, que la financiación ilegal del partido en el Gobierno.

Ha sido una oportunidad perdida porque el PSOE ha caído en todos y cada uno de los vicios que ha denunciado del PP. Desde que es una «causa general» contra el partido, hasta poner «la mano en el fuego» por Magdalena Alvarez e incluso concluir que la jueza Alaya quiere marcar la agenda política de una situación como la de los socialistas andaluces que sólo Griñán ha abierto en canal. Los más enterados de las «tripas» de lo que ocurre en el socialismo andaluz sostienen que es justo lo contrario. No es la jueza Alaya la que condiciona la agenda política; es la agenda política la que se ha adecuado a las posibles acciones judiciales.

Manuel Chaves es el que se ha encargado de recordar que un imputado no es culpable de nada. Eso hemos sostenido muchos con independencia de sobre quien recayera la imputación de turno y hay que insistir una y mil veces que todos los imputados que en España tenemos -son demasiados- son inocentes mientras no se demuestre lo contrario. Comparto con el Presidente del Gobierno esa reflexión suya realizada hace ya tiempo en la que ponía de manifiesto la gravedad que suponía que en un país democrático, con un sistema jurídico fundamentalmente garantista, lo que hubiera que demostrar es la inocencia y no la culpabilidad.

Cuando al adversario se le exige un determinado comportamiento -dimisión del Presidente del Gobierno, explicaciones sobre lo ocurrido como si todos fueran compinches o compinches de Bárcenas, etc, etc* –hay que ser conscientes, primero, de que las palabras no se las lleva el viento y, segundo, no caer en el atolondramiento, máxime cuando en un juzgado hay un asunto abierto de la categoría de los ERES. En política -se esté en el Gobierno, se esté en la Oposición– la prudencia suele ser buena consejera. La experiencia nos dice hasta que punto es verdad eso de que «donde las dan, las toman y callar es bueno». No se trata, claro está, de callar. Si el PSOE no hubiera puesto encima de la mesa el «asunto Bárcenas» hubiera resultado incomprensible. Lo que ocurre es que se lanzaron tan de cabeza que es ahora y precisamente por ello, por lo que cabía esperar del PSOE una reacción bien distinta a la que han tenido tras conocer el auto de la juez Alaya.

Hay que reconocer, no obstante, que los socialistas y su dirección federal no tienen un día tranquilo. El roto de Griñán es el que menos esperaban y así, sin recuperarse y sin anestesia, la jueza Alaya cita a Magdalena Alvarez. Estoy segura que si la imputada y número dos del Banco Europeo de Inversión (BEI) hubiera sido del PP, a Oscar López le hubiera faltado tiempo para pedir su dimisión para impedir manchar la imagen de España.

El PSOE ha perdido la oportunidad de no cometer los mismos errores del PP y quizás ha llegado el momento, para la buen a salud democrática, que los partidos políticos, en lugar de hacerse sangre mutuamente cuando aparece un caso de supuesta corrupción y hay imputados por medio, acuerden cual debe ser el tratamiento de los mismos, que alcance y recorrido debe tener un auto de imputación y que nos digan a todos una y mil veces que nunca hay que demostrar la inocencia, que se da por supuesta, sino demostrar la culpabilidad. Comparto la tenacidad de los compañeros que y una y mil veces preguntan al Presidente del Gobierno sobre Bárcenas, sabiendo de antemano que es más fácil que las ranas crien pelo que Rajoy pronuncie el nombre de su extesorero. Los silencios del Presidente del Gobierno pueden resultar irritantes pero ya verán como a no tardar dejan de ser motivo de comentario. Y es que ahora -ya ha ocurrido- le preguntan por Bárcenas, por Magdalena Alvarez e incluso por Griñán. ¿Se imaginan que dijera algo?. ¿Volverá a preguntar Rubalcaba sobre Bárcenas en el Congreso?.

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