Al margen – El carnet del presidente


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

Los códigos, los reglamentos y la propia Constitución no encuentran, al parecer, nada reprochable en que el presidente del Tribunal Constitucional sea militante de un partido político, pero es muy probable que los códigos, los reglamentos y la propia Constitución, como tantas veces y en tantas cuestiones, se equivoquen.

¿Cómo puede interpretar la Carta Magna, a la que se acude como última y suprema instancia en busca de neutralidad y justicia, un señor al que su militancia le obliga literalmente a suscribir y defender los postulados sectarios de un partido? Puede que algún escrúpulo sobre el particular quedara en el subconsciente del señor Pérez de los Cobos cuando silenció su militancia pepera al desgranar su biografía en la postulación para el cargo.

El señor Pérez de los Cobos, a quien no tengo el gusto, puede ser un excelente afiliado al Partido Popular, pues anda en las alturas y le aporta prosapia y tronío, pero, por la misma razón, un inadecuado presidente del Tribunal Constitucional. Los componentes de él no es que se tengan que dejar la cabeza en casa, con sus ideas correspondientes, cuando van al curro, pero sí el carnet del partido, y para ello, ¿qué mejor que no tener carnet de partido ninguno? Estas reflexiones, que pertenecen al género de las obviedades que en España cuesta un mundo y a veces hasta la vida defender, percuten, empero, en una obviedad mayor: en un país donde la derecha y la izquierda no comparten nada, ni principios, ni valores, ni imaginario, ni lecturas, ni nada, pues quedaron en las antípodas a consecuencia de la última guerra civil en clave ideológica y de la victoria mezquina e implacable de aquella sobre ésta, no puede colocarse a un notorio partidario (el carnet te hace notorio) de uno de esos mundos en el trono jurisdiccional del planeta que, sí o sí, han de habitar, hemos de habitar, todos.

Es cierto que el ganado desprestigio del Partido Popular, así en lo político como en lo económico, en lo social y en lo moral, no ayuda a que las querencias del señor Pérez de los Cobos pasen inadvertidas, pero también lo es que un ciudadano con carnet del PSOE o de Izquierda Unida tampoco podría ser presidente del Constitucional, siquiera por lo tocante al decoro que como a las niñas de sus ojos debiera cuidar el más alto Tribunal de la nación. ¿O no?

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